Un prodigio con alas
Los quirópteros, conocidos comúnmente como murciélagos,
cuentan con una singularidad que los hace especiales: son los únicos mamíferos
capaces de volar. Existen más de 1.400 especies distintas y su distribución
geográfica es una de las más amplias del mundo. Están presentes en todos los
rincones del planeta, salvo en la Antártida. Pese a las leyendas que los han
asociado a los vampiros, bebedores de sangre, apenas tres especies son
hematófagas y todas ellas están presentes en América.
Los murciélagos son el mejor insecticida natural que existe:
cada uno es capaz de comer hasta 3.000 mosquitos en una sola noche
Además del campo, las ciudades son uno de los hábitats
preferidos por los murciélagos. Un ejemplo: sólo en la Comunidad de Madrid hay
21 especies de quirópteros, muchas de las cuales están presentes en los grandes
parques urbanos de la capital como el Retiro, donde se han contabilizado hasta
siete especies diferentes.
Tanto en la ciudad como en el campo, los murciélagos tienen
una capacidad que siempre conviene recordar: son el mejor insecticida natural
que existe. Un sólo individuo es capaz de comer hasta 3.000 mosquitos en una
sola noche, lo que equivale a dos tercios de su propio peso. Si queremos
disfrutar de un atardecer o una noche sin picaduras, nada como compartir el
momento con uno de estos animales. Además, los murciélagos son fundamentales
para el mantenimiento de la biodiversidad urbana, tal y como recuerda la
Fundación Endesa: son polinizadores y también se encargan de dispersar
semillas.
Pese a su prodigiosa capacidad de eliminar insectos y su
papel clave en los ecosistemas, son muchos los que temen por una posibilidad
que efectivamente podría llegar a darse: que se cuele uno de estos animales en
nuestro salón, algo que sucede generalmente en verano, cuando las altas
temperaturas nos llevan a mantener las ventanas abiertas una vez cae la noche.
Si eso ocurre, lo mejor es mantener la calma, apagar las luces y dejar que el
propio animal acabe saliendo por el mismo lugar por el que entró. También,
tener presente que él está mucho más asustado, si cabe, que nosotros. Y que su
intención nunca pasa por hacernos daño.
Deborah Fandos Fernández, de Ecologistas en Acción, es una
de las mayores expertas en estos mamíferos. También, una persona que trabaja
activamente para su protección y en la difusión de sus características y
bondades. “El cine ha jugado un papel importante a la hora de transmitir la
imagen del murciélago como un animal siniestro, pero nada más lejos de la
realidad”, explica. “Es algo habitual: todos los animales que desconocemos nos
generan cierto temor. El murciélago sólo sale de noche y es difícil de ver, y
de ahí que esté rodeado de ese aura enigmática”.
“El cine ha jugado un papel importante a la hora de
transmitir la imagen del murciélago como un animal siniestro, pero nada más
lejos de la realidad”
“Un murciélago no es peligroso: de hecho, es menos peligroso
que cualquier otro animal”, señala Fandos Fernández con contundencia. Eso sí, a
menudo nos pasan a gran velocidad y a poca distancia, lo que hace que mucha
gente tenga miedo a que se choquen con nosotros. “Es muy raro que eso ocurra.
Los murciélagos tienen un sistema de orientación muy desarrollado”, aclara la
experta. El único peligro asociado a estos animales es la rabia y el riesgo es
ínfimo. “Sólo la pueden transmitir un 1% de ellos y ni siquiera todas las
especies”, apunta Fandos Fernández. “Además, para que nos contagiara tendríamos
que cogerlo y sufrir una mordedura que nos perforara la piel. A diferencia de
un perro con rabia, un murciélago no cambia su comportamiento ni es más
agresivo”.
Los murciélagos son, por tanto, una especie vital cuando
hablamos de biodiversidad urbana. Unos animales que merecen ser conocidos y
respetados, y sin los que el mundo no sería tal cual lo conocemos. Un auténtico
prodigio de la naturaleza.