viernes, 16 de diciembre de 2016

Desfiladero de la Yecla (Burgos)




El Parque Natural de la Yecla es una profunda y estrecha garganta modelada en los materiales calizos que caracterizan el relieve de las Peñas de Cervera, de abruptos escarpes con gran diversidad de formas.
El angosto desfiladero, horadado por la acción de las aguas del arroyo El Cauce durante millones de años, tiene zonas con una anchura que apenas llega a los dos metros. En las cumbres anidan más de 100 parejas de buitre leonado.
Una serie de puentes y pasarelas permiten recorrer la garganta en un sugerente paseo (600 metros), sobre cascadas y pozas. La bajada y salida se efectúa junto a las entradas de los dos túneles de la BU-910, Silos-Caleruega, a 3 kilómetros de Silos.

El desfiladero está incluido en el Espacio Natural de la Yecla y los Sabinares del Arlanza, que abarca más de 26.000 has.: el valle medio del Arlanza, las Peñas de Cervera, el Cañón del río Mataviejas, la Meseta de Carazo, el Monte Gayubar y las Mamblas de BURGOS. Aquí se localiza uno de los más extensos y mejor conservados sabinares de Europa, con ejemplares que superan los 2.000 años de vida. También encontramos masas de encinas, quejigos y rebollos, y abundante fauna. La sabina albar (Juniperus thurifera, que significa “productora de incienso”), es una especie superviviente de épocas prehistóricas.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

El Guepardo



 El guepardo o chita (Acinonyx jubatus) es uno de los grandes gatos, y tiene características únicas: a diferencia de otros félidos que las pueden retraer totalmente, sus garras son semi-retráctiles. Mientras que los primeros usan sus garras para trepar árboles y desgarrar carne, las de los guepardos tienen una función de agarre para favorecer su aceleración, de la misma forma que actúa el calzado de los velocistas.

Así caza el guepardo
Otro factor que los hace vulnerables es la forma en la que obtienen sus alimentos. Los guepardos se valen de su gran velocidad para cazar, pero para ser efectivos necesitan espacios abiertos y excelente visibilidad, pues un paso en falso puede significar una lesión que los condene al hambre. Como ya hemos comentado, son demasiado tímidos como para robar las presas de otros animales.

La caza de sus presas, antílopes de talla mediana, comienza con el acecho de las mismas hasta llegar a una distancia de entre 100 y 300 metros. A partir de ese momento comienza una verdadera carrera por la vida entre cazador y presa. Después de tres saltos, el guepardo va ya a unos 45 kilómetros por hora y durante la persecución puede alcanzar más de 110 km/h en trechos cortos, lo que lo convierte en el mamífero más veloz de la tierra.

A comer a toda velocidad
Al alcanzar la presa la hace trastabillar y después la estrangula hasta matarla. El guepardo no se la come enseguida ya que, al terminar la carrera, está agotado y necesita de 5 a 50 minutos para recobrar el resuello. En ese momento es frecuente que otros depredadores más grandes le roben la presa. A sabiendas de que esto puede ocurrir en cualquier momento, el guepardo come mucho y muy rápido, comenzando por los cuartos del animal y pudiendo comer hasta 10kg de carne de una sentada.


Súper mamá guepardo
Los guepardos se reproducen durante todo el año y las hembras ovulan cuando tienen contacto sexual con los machos, un proceso que se conoce como ovulación inducida. Sus cachorros pueden ser de diferentes padres, lo que favorece la diversidad genética, un factor importante en una población reducida.

La gestación es de casi tres meses de duración, y paren de tres a cinco cachorros, aunque se han observado hasta ocho en los casos más raros. Es fácil imaginar que, para una hembra grávida, cazar a alta velocidad es una tarea complicada.

Los guepardos, especialmente las hembras con cachorros que necesitan alimentación diaria, están constantemente vigilando sus alrededores desde una atalaya que puede ser un termitero e incluso un árbol.

Este comportamiento no solo les permite detectar posibles presas, sino también prevenir ataques a sus crías por parte de leones, leopardos y hienas que no dudan en matarlos. La imposibilidad de cazar, ya sea por escasez natural o por interferencia humana, puede provocar también que los cachorros mueran de hambre.

Por suerte para la especie, hay hembras que logran criar la gran mayoría de sus cachorros y son estas las que se conocen como "super madres". Algunas, incluso, llegan a criar a los cachorros de otras hembras.

Una de estas hembras, llamada "Eleanor", es muy conocida en el Parque Nacional Serengeti en Tanzania por haber criado el 10% de todos los guepardos que hoy viven en la zona sur de ese enorme parque. Su hallazgo es uno de los importantes logros del Proyecto de Guepardos del Serengeti, conducido por la investigadora Sarah Durant.

Fuente: muy interesante 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Dehesa de Huerta de Arriba


El otoño es la época donde van cambiando de color los arboles y se muestran de lo mas fotogénicos.

En la localidad de Huerta de Arriba (Burgos) situado en la Sierra de la Demanda se encuentra una dehesa boyal con los arboles mejor conservados de la provincia y que esta compuesta por acebos, hayas, robles, pinos etc. y el mas famoso de todos es el Roble de la laguna de la cantera, que tiene una edad de  unos 800 años. ver fotos:




Fotos: tomadas del blog  a un clic de la aventura.

viernes, 2 de diciembre de 2016

El origen del párkinson



Se trata de la primera vez que los científicos encuentran una asociación entre las bacterias del intestino y el párkinson. El estudio, desarrollado por investigadores del Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) exponen que este hallazgo podría llevar a nuevas terapias de tratamiento para una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes en el planeta, el párkinson.

Se había teorizado que el origen de la enfermedad de Parkinson podría encontrarse en el intestino y de ahí pasar al cerebro, pero nadie había conseguido pruebas certeras de este extraño proceso. Hasta ahora. En el análisis de la microbiota intestinal a pacientes humanos, los investigadores observaron que estos poseen una flora intestinal alterada, problemas gastrointestinales y alteraciones como el estreñimiento, derivando todo ello en contratiempos motores.

 Se especulaba con que al párkinson nacía en las tripas y posteriormente se movía al cerebro, pero no había pruebas de ello

Los expertos realizaron experimentos con roedores genéticamente predispuestos a la enfermedad, descubriendo que el microbioma representaba una etapa clave para el deterioro motor típico de este trastorno neurodegenerativo, esto es, relacionado con los trastornos del movimiento asociados al párkinson (temblores, rigidez muscular, deterioro al caminar...).

Además, en los ratones, el tratamiento con antibióticos redujo el déficit motor y las características moleculares de la patología; sin embargo, el trasplante de microbios fecales no hizo sino acrecentar sus síntomas.

 “Por primera vez hemos descubierto un vínculo entre el microbioma intestinal y el párkinson. El descubrimiento de que los cambios en el microbioma pueden estar involucrados en la enfermedad de Parkinson es un cambio de paradigma y abre nuevas posibilidades para el tratamiento de los pacientes”, aclara Sarkis Mazmanian, coautor del trabajo.

Según los investigadores, “la identificación de especies microbianas o metabolitos alterados en la enfermedad de Parkinson puede servir como biomarcador o incluso diana de posibles fármacos”.
Fuente: Muy Interesante