domingo, 29 de abril de 2018

Homo erectus usaba palillos para la higiene dental




Un estudio de un equipo del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de Pekín, en el que ha colaborado la investigadora española de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) Laura Martín-Francés, arroja luz sobre las primeras pruebas de marcas de palillos en los dientes de homínidos del Pleistoceno Medio en el este de Asia.

 Según los investigadores, las marcas podrían deberse a la acción de eliminar restos de comida en la dentadura.
El artículo, publicado en la revista Quaternary International, explica cómo se han estudiado en el microscopio las superficies interproximales de los dientes fósiles de Homo erectus descubiertos en los años ochenta en Yiyuan, un yacimiento chino de la provincia de Shandong, y pone en evidencia las marcas de palillos visibles en cinco de los siete dientes analizados, pertenecientes a tres individuos.

 La precisión que aportan el microscopio binocular y la microscopía electrónica de barrido deja ver el desgaste de las coronas y las raíces de los dientes, en forma de estrías finas o incluso de surcos profundos. La ubicación, morfología y dimensión de estos signos de desgaste son similares al que produce el uso habitual de palillos de dientes.

 Además, el tipo de marcas de los dientes de Yiyuan, las más antiguas de Asia, coinciden con las marcas de palillo ya identificadas en otras especies como Homo habilis, del Plio-Pleistoceno africano; Homo heidelbergensis, del Pleistoceno Medio europeo; y Homo neanderthalensis, del Pleistoceno Superior europeo.

En un estudio previo de Laura Martín-Francés sobre las marcas de palillo más antiguas de Europa, se analizaban las patologías dentales de un homínido de 1,2 millones de años encontrado en la Sima del Elefante, en Atapuerca.

 Las causas posibles de esas marcas de palillo eran la higiene bucal, la extracción de comida atrapada entre los dientes, el alivio debido a un dolor o a una patología o un simple hábito. En el caso de Yiyuan, las marcas se deberían a la extracción de restos de comida entre los dientes, porque estos están sanos y no presentan patologías.


viernes, 13 de abril de 2018

El río Arlanzon





Suele ser conocido cómo “el río de Burgos”. Sin embargo ¿cómo es posible asimilar un río de 131 km a un sólo lugar?  Visitemos la Sierra de la Demanda.

Y allí nace el río, cerca del pico de San Millán, el más alto de la provincia burgalesa. Desde el pequeño manantial denominado fuente de Tañuelos, dentro del término de Riocavado de la Sierra, inicia su vertiginoso curso inicial con el nombre de arroyo de la Sierpe, embarrancado entre cerrados brezales a unos 2.000 metros de altitud. Es tierra del ciervo y del jabalí que nos evidencian su presencia, eso sí, de lejos. Hacen muy bien, en la distancia se oyen disparos de monterías cercanas. Otros cazadores mas modestos buscan pequeñas becadas con sus perros.

Al toparse con el Puerto del Manquillo,
el incipiente Arlanzón cambia de dirección hacia el noroeste formando un precioso valle que separa las sierras de la Demanda y Mencilla. Se le van uniendo arroyos que lo conforman como río ya al llegar a Pineda. El valle es frondoso: hayedos, rebollares y pinares se explayan por ambas laderas. Desde la vía verde del tren minero lo puedes observar bien de cerca, tocas el río y pisas la hojarasca. Arriba en el puerto, lo que nos parece un enorme buitre negro nos sorprende e impresiona levantando el vuelo justo sobre nuestras cabezas.
Bajando desde el puerto, con la suave pendiente a nuestro favor, disfrutando de un avanzado otoño. Aun se pueden observar tenadas ruinosas y abandonadas. Imaginas como numerosos rebaños trashumantes, al paso cansino de las ovejas preñadas, van abandonando el valle cómo antaño lo hicieron durante siglos para volver en primavera.


Las minas
Apartándonos algo de la senda se puede visitar las minas abandonadas Carmina, Cerracín y otras que no se puede identificar. Sus huellas son inequívocas; viejos pozos, bocaminas y escombreras de un surtido pero escaso mineral que dio al traste ilusiones de riqueza y progreso hace ya más de un siglo. Gracias a ello ahora podemos disfrutar de la senda minera que nos permite recorrer la sierra desde su intimidad y acercarnos tanto al río.

Nada mas cruzar la carretera que sube hacía el Valle del Sol ya vemos Pineda de la Sierra. Aquí el río conoce a las gentes y los pueblos dónde viven. Se le une el buen arroyo Malo y se engalana con puentes y azudes. Aun así conserva su belleza natural y sobrepasa con mucha dignidad la bonita población, impresionados por sus serranas construcciones entre las que destaca su iglesia románica de San Esteban.


sábado, 7 de abril de 2018

Qué comer para tener un hígado saludable




Todos los alimentos y bebidas requieren que el hígado trabaje, pero cada uno se digiere y metaboliza de manera diferente. Veamos los más adecuados para tu hígado.

La ictericia es una acumulación de bilirrubina en la sangre; demasiada hace que la piel, los ojos y las encías se pongan amarillas. El hígado es el órgano que filtra la bilirrubina de la sangre, por lo que la ictericia suele estar relacionada con una enfermedad o insuficiencia hepática.

¿Qué papel juega la dieta?

La dieta juega un papel importantísimo tanto en la recuperación como en la prevención de la ictericia, pues durante la digestión, el hígado produce bilis que ayuda al intestino a descomponer las grasas. También es responsable de procesar o metabolizar la mayoría de los nutrientes, toxinas y medicamentos digeridos.

Todos los alimentos y bebidas requieren que el hígado trabaje, pero los diferentes nutrientes y sustancias químicas se digieren y metabolizan de manera distinta, lo que hace que para el hígado, unos alimentos sean más 'amigables' que otros. Cuando los alimentos son difíciles de digerir, aumenta su trabajo. Esto ocurre sobre todo con grandes cantidades de azúcares refinados, sal y grasas saturadas.
Hay ciertos alimentos y bebidas que la mayoría de las personas con ictericia deberían añadir a su dieta. Estos incluyen:
Agua
Mantenerse hidratado es una de las mejores maneras de ayudar al hígado a recuperarse de la ictericia. El agua no solo ayuda a facilitar la digestión, sino que también ayuda al hígado y a los riñones a eliminar las toxinas. Cantidad recomendada: Alrededor de 2 litros de agua al día.

Frutas y vegetales frescos

Las frutas y verduras frescas contienen poderosos antioxidantes y fibra que pueden ayudar a limitar el daño hepático durante el metabolismo y facilitar la digestión. Todas las frutas y verduras son aptos para el hígado, pero algunas variedades son especialmente beneficiosas: arándanos, uvas, frutas cítricas, especialmente limones, limas y pomelos, papayas y melones, calabazas, batatas, aguacates y aceitunas, tomates, zanahorias, remolachas y nabos, vegetales crucíferos, como el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, el jengibre y ajo o las espinacas y la col rizada. Lo ideal es comerlas enteras y evitar los zumos o mezclas de frutas.

Café y té de hierbas
El café y el de hierbas contienen altas dosis de antioxidantes, además de cafeína, que puede ayudar a estimular la digestión.

Granos enteros
Los alimentos de grano entero contienen altas cantidades de nutrientes que le vienen estupendamente al hígado, incluyendo grasas saludables, fibra, antioxidantes y minerales.

Nueces y legumbre

La mayoría de las nueces y las legumbres son ricas en antioxidantes, incluida la vitamina E y el ácido fenólico. Las nueces enteras y las legumbres también suelen ser ricas en fibra y grasas saludables. Diversos estudios han demostrado que las nueces son beneficiosas para la función hepática cuando se consumen regularmente.

Comidas que se deben evitar
Entre los alimentos y bebidas que se deben evitar o limitar durante la recuperación de la ictericia se encuentran el alcohol (es tóxico para la mayoría de los tejidos corporales internos, incluido el hígado), los carbohidratos refinados (refrescos, productos horneados, pan blanco y pasta contienen altas cantidades de azúcar refinada), alimentos envasados, enlatados y ahumados (muchos alimentos envasados, enlatados o ahumados, especialmente las carnes frías y las verduras enlatadas, contienen altos niveles de conservantes), grasas saturadas y trans (son difíciles de digerir, especialmente aquellas preparadas con aceites vegetales parcialmente hidrogenados. Algunos productos lácteos, incluidos los quesos, la leche entera y los yogures enteros, también contienen altos niveles de grasas saturadas), pescado o marisco crudo o poco cocinado (pueden contener toxinas que pueden dañar el hígado y otros órganos digestivos) y ternera y cerdo (que contienen altos niveles de aminoácidos y grasas animales que pueden ser difíciles de digerir y ejercer presión sobre el hígado dañado).
Fuente; muy interesante.