miércoles, 22 de septiembre de 2021

Un tesoro en la Demanda

 


En el corazón de la Sierra de la Demanda, en los pies del pico Mencilla, a más de 1.200 metros de altitud sobre el nivel del mar, se encuentra Pineda de Sierra, un pequeño municipio situado a 50 kilómetros de la capital burgalesa.

Las condiciones geográficas del territorio favorecieron la consolidación de una importante estación de esquí. De esta manera, en 1975 Pineda de la Sierra abrió las puertas de la estación del Valle del Sol, que permitía a los visitantes aunar la nieve, el deporte y la naturaleza para su divertimento. Los burgaleses disfrutaron durante años de estas maravillosas pistas. Sin embargo, la estación Valle del Sol lleva cerrada más de una década.

No obstante, la propia naturaleza del pueblo permite a visitantes y pinedanos disfrutar , de forma general,- de  la nieve y el entorno al menos una vez al año.

Las aguas del arroyo de Barrancomalo dividen a este pueblo de menos de 100 habitantes en dos barrios distintos. De este modo, en la  parte derecha del pueblo se encuentran las casas nobiliarias de piedra arenisca rojiza levantadas durante los siglos XVII y XVIII por los ganaderos más pudientes de la villa.

 Así bien, el municipio está enclavado entre  valles y bosques de robles, hayas, acebos y pinos; que dotan a la localidad de un enorme valor natural.

 Pineda de la Sierra es un municipio muy rico en materia natural, histórica y cultural. De esta forma, la villa fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1982 por la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas.

 Paralelamente, en el año 2010 la Junta de Castilla y León concedió a la localidad el título de Bien de Interés cultural (BIC) en la categoría de conjunto histórico. Así bien, la Iglesia de San Esteban Protomártir, fechada en el siglo XII  y con un carácter principalmente románico, es también un bien de Interés Cultural.

 La iglesia de San Esteban es una obra especialmente completa y significativa, y constituye uno de los mayores ejemplos del arte románico burgalés. De esta manera, destaca la naturaleza de su pórtico, de un gran valor escultórico.

 El origen de la localidad se remonta al siglo IX. Fue en ese entonces cuando se produjeron los primeros asentamiento en el territorio. La riqueza de sus bosques y sus pastos atrajo la atención de numerosos pobladores.

 Con el paso del tiempo el municipio se convirtió en un importante concejo por orden de Alfonso X El Sabio. En este sentido, el concejo se constituyó con el objetivo de garantizar el paso de los rebaños por las cañadas.

 La agricultura y la ganadería fueron muy importantes para el desarrollo económico de este pueblo. Así mismo, en el siglo XIX surgió una intensa actividad minera que favoreció tanto el desarrollo de la economía local como la realización de diversas infraestructuras, entre las que destaca el ferrocarril minero construido entre Monterrubio y Villafría. y que ayudaba a transportar de un lugar a otro las  materias extraídas de las minas.

 Hoy día  las vías del ferrocarril han sido convertidas en uno de los senderos más importantes de la Sierra de la Demanda. La famosa ‘Vía Verde de la Demanda’, un camino de más de 56 kilómetros de longitud que aglutina bajo una misma ruta a siete localidades de la misma comarca.

 Son muchas las tradiciones que ha ido sumando la localidad a lo largo de la historia. De esta forma el ocho de septiembre la localidad pinedana celebra sus fiestas patronales, donde se han celebrado actos muy diversos para el disfrute de los pinedanos.

 Pocos días después, el 14 de septiembre, acontece en el pueblo la celebración de la Fiesta de la Cruz, en la que se llevan a cabo varios actos en honor a la santa.

 Tras la pandemia, los pinedanos ansían, como todos, el regreso por completo a  la normalidad. No obstante, ofrecen su extenso patrimonio para apaciguar la espera en un entorno rural único.