viernes, 25 de mayo de 2018

Por qué no deberías matar a las arañas de tu hogar





Por lo general, a nadie le gusta compartir su vivienda con parásitos y otros animales no deseados. De hecho, casi se podría decir que acabar con ellos cuando se percibe su presencia es todo un acto reflejo. Sin embargo, puede que esta acción, considerada como técnica de defensa e higiene doméstica, sea en realidad un grave error. Matt Bertone, entomólogo por la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EEUU), explica las consecuencias reales de este hecho y el impacto que supone.

En todo el mundo existen aproximadamente unos 50.000 tipos de arañas distintas. Muchas de estas son de exterior pero también existe un amplio grupo que se refugia en interiores y espacios cerrados y además, no resultan un peligro para los humanos como muchas veces se teme. La realidad es que, a pesar de que no las detectemos a simple vista, en la mayoría de las viviendas se refugian estos pequeños inquilinos invertebrados. Algunos quedan accidentalmente atrapados y otros, en cambio, han elegido estratégicamente su hogar para instalarse y reproducirse. Según Bertone, estas (en su gran mayoría) no son ni agresivas ni peligrosas, y realizan funciones prácticas en el hogar, como por ejemplo devorar plagas que sí que causarían estragos en la casa e incluso atrapar otras arañas.
Compañeros invisibles que protegen nuestro hogar

Las arañas son catalogadas especies depredadoras que se alimentan frecuentemente de plagas y otros bichos molestos muchos de ellos portadores de enfermedades nocivas para el humano, como los mosquitos.

Los dos tipos de arácnidos más frecuentes durante el estudio de Bertone se caracterizan por crear redes para poder atrapar entre estas a sus presas. La araña de bodega utiliza una estrategia añadida, pues en ocasiones finge ser ella la presa para sorprender a otras arañas y devorarlas.

Con ello, los expertos afirman que matar a las arañas del hogar sería un error, pues además de costarle la vida al insecto, estaríamos aumentando las posibilidades de supervivencia de otras especies que sí son nocivas.

Lo cierto, es que indiferentemente de su categoría, se ha demostrado que las arañas forman una parte importante de los ecosistemas. El entomólogo explica que las picaduras de araña son extremadamente raras y, dejando de lado las especies tropicales más venenosas, en pocos casos causan problemas importantes. Ante la fobia o el rechazo a la convivencia con estas criaturas en el hogar, Bertone recomienda capturarlas y liberarlas en un perímetro en el que nos sintamos seguros para evitar exterminarlas. “Pero si puedes soportarlo, está bien tener arañas en casa. De hecho, es normal. Y francamente, aunque no las veas, ellas estarán allí”, confiesa Bertone.

 Fuente: muy interesante

domingo, 20 de mayo de 2018

Fabrican el biomaterial más fuerte del mundo




Estas fibras de celulosa artificiales creadas por un equipo de investigadores suecos son más resistentes que el acero y la seda de araña.

La tela de araña es la fibra natural más resistente que conocemos los seres humanos, más incluso que el acero. Conociendo ese dato, podemos valorar en su justa medida la proeza de un equipo liderado por investigadores suecos que ha fabricado el biomaterial más fuerte que se haya producido nunca: porque estas fibras de celulosa artificiales –pero biodegradables– son más resistentes que el acero e incluso que la seda de araña.

Este grupo de científicos, encabezados por Daniel Söderberg, del Real Instituto de Tecnología (KTH, por sus siglas en sueco) –universidad con sede en Estocolmo–, acaba de informar de los resultados de su estudio a través de un artículo en la revista ACS Nano, de la Sociedad Estadounidense de Química. Los investigadores han trabajado en colaboración con colegas germanos del DESY –o Sincrotón Alemán de Electrones–, el mayor centro de investigación alemán de física de partículas, con sedes en Hamburgo y Berlín.

El material ultrarresistente que han fabricado está hecho de nanofibras de celulosa, polisacárido estructural en las plantas –forma parte de los tejidos de sostén–. A través de un nuevo método de producción, estos investigadores suecos han transferido con éxito las propiedades mecánicas únicas de estas nanofibras a un material macroscópico –que se ve a simple vista, sin la ayuda del microscopio– y muy ligero que podría usarse como una alternativa ecológica para crear el plástico que se utiliza en la fabricación de aviones, coches, muebles y otros productos. “Nuestro nuevo material tiene potencial incluso para la biomedicina”, explica Söderberg en una nota de prensa publicada por el DESI.

Con ayuda de la fuente de rayos X ultrabrillantes Petra III, ubicada en el centro de investigación DESY, en la ciudad de Hamburgo (Alemania), los científicos pudieron seguir y optimizar el proceso utilizado en este estudio. “Los rayos X nos permiten analizar la estructura detallada del hilo a medida que se forma, así como la estructura del material y el orden jerárquico en las fibras superfuertes”, explica el coautor del estudio Stephan Roth, del DESY. “Hicimos hilos de hasta 15 micras de grosor y varios metros de longitud”, añade.

Por su parte, Söderberg apunta: “Las fibras de nanocelulosa de origen biológico que hemos fabricado son ocho veces más rígidas y su resistencia es más alta que las fibras de seda de araña natural”. “Si buscas un material bio” –continúa el científico sueco–, "no hay nada como esto. Y también es más resistente que el acero y cualquier otro metal o aleación, y que las fibras de vidrio y la mayoría del resto de materiales sintéticos”.

Estas fibras de celulosa artificiales se pueden tejer en una tela para crear materiales con muy diversas aplicaciones. Y, además, los científicos que las han fabricado consideran que los costes de producción de este nuevo material puede competir con los de los tejidos sintéticos. “El nuevo material se puede usar en principio para crear componentes biodegradables”, añade Roth
Fuente: muy interesante






miércoles, 9 de mayo de 2018

DICEN QUE LOS ÁRBOLES PODRÍAN TENER ALGO PARECIDO AL PULSO





Decir que los árboles tienen latidos cómo nosotros sería bastante arriesgado. Pero un estudio realizado por investigadores de la la Universidad de Aarhus, en los Países Bajos, revela que podrían tener algo parecido a un pulso, aunque es imperceptible para nosotros.

Los investigadores escanearon veintidós árboles durante la noche, en condiciones de ausencia de viento, con el objetivo de ver si sus copas cambiaban de forma. Y observaron que sus ramas oscilaban un centímetro tanto hacia arriba como hacia abajo. Pero, ¿a qué se debía este fenómeno?

La respuesta exacta sigue siendo un misterio, aunque los autores del estudio tienen su teoría: creen que los árboles bombean agua desde las raíces hasta las copas. Para lograrlo, los autores sugieren que los troncos se encogen durante la noche, y esa presión puede hacer que el líquido ascienda a través de una columna de células muertas llamada xilema.

Fuente:Quo