miércoles, 30 de abril de 2014

Los leones del Congreso de los Diputados


La imagen de los dos leones que presiden la entrada del Congreso de los Diputados es bien conocida por muchos. Con su aspecto, grande y fiero, son ya un icono de la ciudad de Madrid pero estos dos felinos guardan un sonrojante secreto.

Daoiz y Velarde, nombre de los héroes del 2 de mayo con el que se les bautizó (aunque también se les conoce por Benavides y Malospelos) fueron bajados de sus pedestales en 1985 para su restauración y limpieza. De este modo, mucho más accesibles al ojo humano, quedó visible la particular vergüenza de uno de ellos… no tenía testículos.

La gente comenzó a hacer cábalas sobre la notable ausencia y la primera teoría que salió a la palestra era que posiblemente se trataba de un león y una leona pero esta hipótesis pronto fue desechada ya que ambos lucen una frondosa caballera propia de los machos.

Con el paso del tiempo la idea que se ha hecho más fuerte es que quizás, al escultor (Ponciano Ponzano) se le terminase el material (bronce fundido de los cañones moros capturados en 1860) y que optase por dejar inacabada una de las esculturas por alguna de las partes que menos se notase. Un secreto que tardó en salir a la luz 120 años.
Esos dos leones mitológicos son los mismos que tiran del carro de la Diosa Cibeles en la Fuente de la Cibeles de Madrid, un conocido monumento de la ciudad que data del siglo XVIII.
Seguro que la próxima vez que paséis echáis un vistazo a los atributos de los felinos.

domingo, 27 de abril de 2014

Tres efectos de la vida sedentaria que deberías conocer


En Estados Unidos se considera al sedentarismo como la segunda mayor amenaza de salud pública, solo superada por el consumo de tabaco. Y es que aunque el cuerpo humano está diseñado para la actividad física continua, incluso intensa, el ejercicio no suele formar parte del estilo de vida occidental. De ahí el reciente incremento de enfermedades crónicas como la hipertensión o el dolor de espalda, relacionadas con la falta de actividad física y conocidas también como patologías hipocinéticas (de hipo, ‘falta de’, y cinética, ‘movimiento’). Estos son tres efectos de llevar una existencia demasiado sedentaria:

Acorta la vida. Las cifras no dejan lugar a dudas: si a partir de hoy todos decidiéramos pasar 3 horas menos sentados cada día y, simultáneamente, redujésemos el consumo de televisión a un máximo de 2 horas diarias, nuestra vida se prolongaría tres años y medio más, según un estudio norteamericano basado en 167.000 adultos y publicado el año pasado en la revista BMJ Open. Por el contrario, permanecer 6 horas al día frente a la pantalla del televisor reduce la longevidad hasta en 5 años, tal y como se podía leer hace poco en British Journal of Sports Medicine.

Aumenta el apetito. Puede resultar paradójico, pero no lo es. Si permanecemos mucho tiempo inactivos nuestro cuerpo deja de secretar irisina, una hormona descubierta por científicos la Escuela de Medicina de Harvard (EE UU) que, entre otras cosas, se ocupa de que las células de grasa blanca o “grasa mala”, que se acumula y causa obesidad, se conviertan en grasa parda o “grasa buena”.

Reduce la calidad del semen. La fertilidad también puede verse perjudicada cuando nos apoltronamos durante demasiado tiempo en el sillón. Los hombres que llevan una vida sedentaria tienen menos volumen de eyaculado, espermatozoides más lentos o más escasos y menos cantidad de testosterona y otras hormonas necesarias para la formación del esperma que aquellos que practican ejercicio moderado, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Córdoba publicado en la revista European Journal of Applied Physiology.
Muy interesante.

martes, 22 de abril de 2014

Dos Ermitas Gemelas


No es muy habitual que un monumento conviva con un gemelo suyo a muy pocos metros, de hecho Madrid es una de las pocas ciudades del mundo que puede presumir de ello. Un secreto que habita a orillas del Río Manzanares y que tiene detrás de sí un curioso motivo.

La Ermita de San Antonio de la Florida ya había leído en varias ocasiones que, tanto la original como su copia compartían casi la misma ubicación, separadas tan sólo por unos cuantos metros. La presencia de estas dos mellizas me resultó tan graciosa y enigmática  quise saber que había detrás de esta misteriosa dualidad.

Resulta que en la ermita original esconde uno de los mayores secretos y tesoros de Madrid, unos frescos pintados por Francisco de Goya en 1798. Un excepcional trabajo, especialmente en la cúpula, en el que el artista aragonés invirtió seis meses de su vida. Muchos años después de que el pintor dejara este legado, en 1881, la ermita se convirtió en parroquia, una decisión que hizo que saltasen las alarmas sobre la conservación de la magnífica obra debido a un enemigo prácticamente invisible, el humo de los cirios.

Ante la preocupación por el estado de los frescos la solución fue la que todos ya os podéis imaginar, construir un clon de la ermita, pegada a la original, para dedicarla al culto. Dicho y hecho, la nueva ermita se comenzó a levantar en 1925 bajo la supervisión del arquitecto Juan Moya y a partir de entonces, ésta se dedicó a los oficios religiosos mientras que la primera está destinada para admirar los maravillosos frescos de Goya  y visitar los restos del artista, ya que éste se encuentra allí enterrado.
Desde aquí invito a los lectores visitar esta Ermita para deleite de sus frescos.




martes, 15 de abril de 2014

Torrijas madrileñas


El origen de este sabroso dulce se pierde en la noche de los tiempos. Es casi seguro que se inventó en los conventos, como un modo de aprovechar el pan que se empezaba a poner duro, convirtiéndolo en un calórico postre. Posiblemente, las "poderosas" torrijas contribuían a nutrir bien el cuerpo en una época, la Semana Santa, en que era preceptivo el ayuno y la abstinencia de carne. En Madrid se convirtieron en uno de los postres más populares. Es uno de los pocos dulces que, desde el siglo XIX,  se servía en las tabernas, y solía acompañarse con un vasito de vino dulce.
                                               La  receta madrileña.

Torrijas a la madrileña
Ingredientes:
4 rebanadas de pan, una taza de leche, 2 huevos, un limón, una cucharada de canela en polvo, una taza de azúcar, una ramita de canela, una taza de aceite de oliva.
Preparación:
Calentar la leche en un cazo con la piel de limón, la canela y 1/3 del azúcar. Cocer a fuego suave 5 minutos. Apartar y dejar enfriar.
Colar y poner la leche en un plato hondo. Introducir las rebanadas de pan en la leche y dejarlas empapar ligeramente, colocándolas a continuación sobre una rejilla.
Batir los huevos en un cuenco hasta que estén bien espumosos. Calentar abundante aceite en una sartén, pasar las rebanadas de pan por los huevos batidos y echarlas en el aceite, procurando que no esté demasiado caliente (si se forma espuma en la superficie de la sartén, quitarla con una espumadera). Sacar y escurrir sobre papel absorbente.
Colocar en un plato el resto del azúcar con la canela molida y mezclar bien ambas cosas. Cuando las torrijas estén escurridas espolvorearlas por todos lados. Servirlas templadas o frías.

sábado, 12 de abril de 2014

Canal del Manzanares (Madrid)


En 1770, Carlos III aprobó la construcción del Real Canal del Manzanares, un proyecto contemplado desde hacía dos siglos para hacer el Manzanares navegable hasta el Tajo y desde allí hasta Sevilla.
El canal, que sólo se construyó hasta la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid, discurría paralelo al río por su margen izquierda. Junto al puente de Praga estaba situado su punto más importante, "el embarcadero", con dársenas, almacenes y talleres.
En 1818 se hicieron obras de ampliación, fundamentalmente estéticas, y se colocó en la cabecera (junto al puente de Toledo) un león de mármol sobre un pedestal flanqueado por sendas columnas de Hércules, mientras que dos escaleras de granito descendían hasta los paseos que corrían junto al canal.
También se construyó una puerta que daba al paseo de Santa María de la Cabeza con una verja de hierro con alegorías del comercio y la navegación. Se mantuvo en funcionamiento hasta 1830, y finalmente, abandonado y descuidado, se cegó en 1859 por ser un foco continuo de epidemias.
 Sobre él se abrieron los paseos de Yeserías, de la Chopera y del Molino.

miércoles, 9 de abril de 2014

La casa de Picasso en Madrid



En la calle de San Pedro Mártir nº 5, junto a Tirso de Molina, vivió Pablo Ruiz Picasso entre 1897 y 1898, cuando contaba 16 años de edad.
Se da la curiosa circunstancia de que por aquel entonces vivía en el mismo edificio el actor Pepe Ysbert, que entonces tenía 11 años, aunque probablemente ninguno de los dos sabía el curso que iban a tener sus vidas.
Poco se sabe de la estancia madrileña del joven Picasso, tan solo que acudía a clases a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Pronto Picasso seguiría camino hacia otros lares, pues aquí no veía posibilidades para desarrollar su arte.

En 1981 se hizo un homenaje al pintor universal, colocando varios murales de azulejos, a modo de trampantojos, obra de Lola Gil.
Caminando por Madrid

domingo, 6 de abril de 2014

Comer 7 piezas de fruta y verdura al día reducen un 42% el riesgo de muerte


De cinco piezas a siete. La recomendación tradicional de comer cinco piezas de fruta y verdura diarias ha sido sustituida o, mejor dicho, aumentada, a siete. El motivo ha sido la última investigación desarrollada por el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la University College de Londres (Reino Unido).

Todos sabemos que comer frutas y verduras es muy saludable pero, los resultados de este estudio confirman unas cifras que a todas luces son asombrosas. El equipo de investigadores analizó los datos de estilo de vida de más de 65.000 personas de 35 años en adelante seleccionadas al azar y rastrearon las muertes registradas entre la muestra durante un promedio de 7,5 años. Durante el período de seguimiento murieron 4.399 personas (6,7% del total).

El examen de los datos reveló que quienes comieron al menos siete porciones diarias de frutas y verduras tenían un 42% menos de riesgo de muerte por cualquier causa y un 25% y un 31% menos por cáncer y enfermedades cardiovasculares o ictus. Este resultado de “escudo protector” parecía aumentar cuanto mayor era la ingesta de frutas y verduras.

Otra de las conclusiones del estudio especificaba que entre consumir frutas o verduras frescas, las verduras parecían ofrecer más beneficios para la salud que la fruta. Comer dos o tres piezas de vegetales quedó asociado a un 19% menos de riesgo de muerte, en comparación con el 10% que proporcionó la fruta. Además, el estudio desaconseja la ingesta de fruta congelada o enlatada, ya que ésta no solo no beneficia, sino que aumenta un 17% el riesgo de muerte.
Muy interesante.