viernes, 22 de enero de 2021

Los VENCEJOS



El vencejo es esa golondrina endiabladamente aerodinámica que, con sus alas de ballesta, sobrevuela de forma acrobática nuestras calles y plazas de primavera a verano. Muchos asocian su característico reclamo, un chirrido repetitivo y muy agudo que emiten en pleno vuelo, a la llegada del buen tiempo. Pero eso será a partir de marzo. Ahora, nuestros vencejos estarán surcando las estepas africanas al sur del Sáhara, donde tienen sus territorios de invernada. Dentro de unas semanas, estos pájaros de apenas 40 gramos de peso trazarán su ruta y cruzarán de una sola vez el gran desierto para llegar hasta nuestras ciudades. En su viaje, llegarán a cubrir distancias de más de 1.000 kilómetros en un solo día: insisto, con menos de 40 gramos de peso, por sus propios medios. Pero eso no es todo.

“Que cada vez veamos menos vencejos no es anecdótico, sino una poderosa señal de alarma"

El comportamiento y la biología de estas aves hacen que los ornitólogos aficionados sintamos auténtica fascinación por ellas. Uno de los aspectos más sorprendentes es que los vencejos pasan el 90% de su vida en el aire. Comen, beben, duermen y copulan en pleno vuelo. De hecho, solo tocan tierra para nidificar y sacar adelante a sus pollos, resguardados en la estrecha grieta de un edificio a la que los padres acceden a toda velocidad, como una flecha: ¡zas! ¡Sin parada previa! Auténtico insecticida biológico, este pariente mayor de la golondrina y el avión acumula los insectos voladores que atrapa con el pico en una bolsa situada bajo la lengua. Se calcula que pueden zamparse hasta nueve veces su propio peso en moscas, mosquitos y avispas. ¿A que ya nos están empezando a caer bien a todos? Tal vez por ello, este inquilino del aire, esta ave que jamás toma tierra para descansar, ha resultado la ganadora en la votación popular puesta en marcha por SEO/BirdLife para elegir el 'ave del año 2021'.

Pero no todo son buenas noticias. Esta prestigiosa oenegé conservacionista quiere aprovechar la elección de esta especie como ave del año para recordarnos que sus poblaciones han descendido en más de una cuarta parte en los últimos 10 años, sumándose así a otras aves urbanas que, como los gorriones o las golondrinas comunes, están en declive.

Para Asun Ruiz, directora de la organización conservacionista, “que cada vez veamos menos vencejos no es algo anecdótico, sino una poderosa señal de alarma que nos obliga a repensar nuestra relación con la naturaleza. El actual modelo de desarrollo no está preparado para afrontar los dos grandes desafíos que tenemos por delante: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”. Según ella, “el retroceso de las aves más comunes de nuestros pueblos y ciudades [las poblaciones de gorrión han caído en más de un 20%] obliga a integrar la conservación de la naturaleza con el desarrollo de las actividades humanas y los lugares donde vivimos y trabajamos”.

 El vencejo común es una especie protegida a escala estatal, eso significa que al igual que sus nidos, pollos y huevos, no pueden ser molestados ni agredidos. Incluida en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial, la especie también está protegida a escala internacional por la Directiva de Aves y el Convenio de Berna. Pero, pese a todo ello, los vencejos están desapareciendo de nuestros cielos.

  

jueves, 14 de enero de 2021

Cambio climático



 

Los temporales de nieve y frío como el Filomena que ha barrido España en enero también forman parte de los fenómenos meteorológicos extremos que trae el calentamiento global

Como cada vez que nieva, tu cuñado en la comida del domingo y algún político oportunista aprovechan para hacer chistes diciendo que con el frío que hace, no es posible que el planeta se esté calentando.

Los negacionistas del cambio climático tienen a confundir el clima con el tiempo atmosférico. Cuando llueve en los desiertos suele ser en forma de grandes tormentas que provocan inundaciones. Si estás en el desierto el día que llueve podrías pensar que el clima es lluvioso, cuando en realidad es extremadamente seco.

Otros efectos del cambio climático son los llamados eventos climatológicos extremos. El planeta se está calentando y ya hayamos superado en un grado la media histórica previa a la revolución industrial. Sin embargo, este aumento de las temperaturas hace que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y violentos.

El 69% de los eventos climatológicos extremos son a causa del cambio climático

Los incendios en Alaska y Australia por el calor, los huracanes cada vez más frecuentes y devastadores en el Caribe, las inundaciones en Francia o las olas de calor en China, todo ello son eventos extremos.

En un informe de Carbon Brief que reúne datos de 300 estudios de atribución, se comprobó que el 69% de los fenómenos meteorológicos extremos tienen como causa común el calentamiento global producido por la actividad humana.

Es cierto que los fenómenos extremos más comunes causados por el cambio climático son las sequías y las de calor, que constituyen la mitad de los casos. Sin embargo, el frío extremo y las nevadas, aunque sean menos frecuentes, también pueden producirse con mayor virulencia a causa del cambio climático.

El primer mecanismo por el cual el cambio climático podría haber afectado a la tormenta es bastante básico: el calentamiento de las temperaturas lleva a la evaporación del agua, lo que lleva a una atmósfera más húmeda, lo que conduce a más precipitaciones.

Más precipitaciones significan mayores posibilidades de inundaciones, pero también de nevadas, cuando las temperaturas son suficientemente bajas y el aire húmedo choca con una masa de aire frío.

Esto es lo que ha ocurrido precisamente con el temporal Filomena que ha barrido España en enero. Una borrasca atlántica cargada de agua se ha encontrado con una corriente de aire frío procedente del Polo Norte, dejando nevadas y bajas temperaturas que no se registraban desde hacía medio siglo.

Todavía no se sabe con total certeza hasta qué punto el calentamiento global ha determinado este temporal en concreto, para esto es necesario un estudio de atribución una vez haya pasado.

Los científicos han advertido desde hace tiempo que el cambio climático traerá tormentas más frecuentes, más húmedas y de movimiento más lento. Si la tormenta de este fin de semana nos muestra algo, es que el cambio climático no solo significa más sequía y huracanes.

jueves, 7 de enero de 2021

VITAMINA D

 


Se confirma que la vitamina D previene los síntomas graves de la covid-19

Nueve de cada diez pacientes hospitalizados con síntomas graves por COVID-19 sufrían deficiencia de vitamina D

 Las vacunas han llegado antes que un tratamiento concreto para tratar de forma eficaz a los enfermos de COVID-19, a pesar de los esfuerzos dedicados para desarrollar tanto el tratamiento como las medidas de prevención. Sin embargo, cada vez hay mayor evidencia de que la vitamina D puede ser una respuesta.

 Un metaanálisis de la Universidad de Yale que reúne los datos de 16 estudios con casi 5.000 personas confirma que efectivamente la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de padecer síntomas graves por la COVID-19, y está asociada a una mayor mortalidad. La vitamina D redujo la gravedad de la enfermedad y la mortalidad incluso después de controlar las variables de edad, etnia y patologías previas.

 En el estudio también se hace hincapié en las comorbilidades más frecuentes en los pacientes de COVID-19 que son la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades renales crónicas, la diabetes, la obesidad y las enfermedades respiratorias. Todas estas enfermedades crónicas pueden verse afectadas por la deficiencia de vitamina D directa o indirectamente.

 VITAMINA D COMO PROFILAXIS

Estudios anteriores ya habían relacionado los niveles bajos de vitamina D con el desarrollo de infecciones virales respiratorias. Hay una relación inversa entre el nivel de vitamina D y el riesgo de desarrollar síntomas graves en estas infecciones, por lo que es de esperar que el efecto sea similar en pacientes infectados por SARS-CoV2.

 En el metaanálisis se observó que el 50% de los pacientes con sintomatología grave presentaba una deficiencia de vitamina D, con niveles por debajo de  50nmol/L (20 ng/ml), y un 41% tenía insuficiencia, con niveles entre 50-75 nmol/L (20-30 ng/ml). Es decir, a nueve de cada diez enfermos les faltaba vitamina D.

 Hay evidencias de que la vitamina D es muy importante para sistema inmunitario: incrementa la producción de las proteínas de defensa antimicrobiana que forman parte de la barrera física, refuerza la inmunidad innata y la adaptativa mejorando la respuesta de los linfocitos T,  y reduce la producción de citoquinas inflamatorias.

 VITAMINA D COMO TRATAMIENTO

Los investigadores han tratado de analizar si la vitamina D podría ser utilizada como tratamiento y no solo como prevención. Algunos estudios parecen indicar que la terapia con colecalciferol (la vitamina D3, la forma más asimilable) disminuye de manera significativa el número de pacientes que requieren ser tratados en la UCI. El colecalciferol debe ser metabolizado por el organismo para producir la forma activa de la vitamina D.

 ¿ES LA VITAMINA D UNA CURA PARA LA COVID-19?

No existe todavía una base científica que apoye la hipótesis de que un consumo extra de vitamina D en individuos con valores normales ofrezca un efecto protector contra el coronavirus. El metanálisis solo ha encontrado evidencias que relacionaban el déficit de esta vitamina con un aumento en la probabilidad del desarrollo de una sintomatología más grave. Además, los resultados deben valorarse con cautela. Debido a la novedad de la enfermedad, la mayoría de los estudios se realizaron en pequeños grupos de pacientes y en ocasiones carecían de grupo de control y no eran homogéneos.

 DÓNDE ENCONTRAR LA VITAMINA D

Podemos obtener vitamina D de diferentes formas. Nuestro cuerpo la produce de manera natural durante la exposición a la luz solar, pero existen alimentos ricos en esta vitamina como el pescado azul, el hígado y la leche enriquecida. También podemos consumir suplementos de vitamina D3.

Fuente: Quo