Una nueva revisión de estudios avanza la hipótesis de que
hurgarse la nariz podría contribuir a aumentar el riesgo de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer
Es una de esas ideas que parecen absurdas al principio, pero
que tienen sentido si se piensan. En pocas palabras, las bacterias y los virus
de los dedos entran fácilmente en nuestro organismo si nos los metemos en la
nariz.
Hay que tener en cuenta que el sistema olfativo, situado en
el techo de la cavidad nasal, tiene una vía directa a las zonas del cerebro en
las que el Alzheimer causa estragos, como el hipocampo. Esto podría ser crucial
a la hora de sopesar este riesgo, afirma el equipo responsable de la revisión,
de la Universidad de Western Sydney (Australia).
«Hay muchos factores que pueden contribuir al desarrollo de
la enfermedad de Alzheimer, como el péptido amiloide y el depósito de tau, pero
pruebas más recientes sugieren que la neuro inflamación también puede desempeñar
un papel -al menos parcial- en su patogénesis», escriben los investigadores en
su artículo publicado.
«En los últimos años, la investigación emergente ha
explorado la posible implicación de patógenos externos invasores en el inicio o
la aceleración de los procesos neuro inflamatorios en la enfermedad de
Alzheimer».
Tal y como se explica en el artículo, hurgarse la nariz -o
rinotillexomanía, para darle su nombre técnico- podría conducir indirectamente
a esta inflamación cerebral, y hay un par de formas en las que esto podría
estar ocurriendo.
En primer lugar, hurgarse la nariz significa que cualquier
cosa que tengamos en la punta de los dedos (como patógenos) es empujada hacia
el cerebro. En segundo lugar, sacar cosas de la nariz afecta al equilibrio de
su microbioma, lo que podría convertirla en una barrera menos eficaz para el
organismo.
Como señalan los investigadores, hurgarse la nariz ya se ha
relacionado anteriormente con un mayor riesgo de infección: un estudio
publicado el año pasado mostró una relación entre este hábito y la posibilidad
de contraer COVID-19, por ejemplo.
PATÓGENOS NASALES
Los patógenos invasores podrían estar causando los daños
observados en el Alzheimer. En 2022, otro estudio relacionó el hurgarse la
nariz con el Alzheimer, aunque en ese caso la investigación se centró en
ratones. Demostró que el daño al epitelio nasal (el tejido que recubre la
cavidad nasal) podría aumentar el riesgo de infección, lo que provocaría una
respuesta en el cerebro similar a la observada en los pacientes de Alzheimer.
Otros indicadores reveladores señalados por la revisión
incluyen que algunos virus se han encontrado regularmente en los cerebros de
las personas con Alzheimer, y que los signos de Alzheimer a menudo se detectan
primero en el bulbo olfatorio, la parte del cerebro que detecta los olores.
Aún estamos lejos de una conclusión definitiva de que
hurgarse la nariz aumente el riesgo de padecer Alzheimer, pero los indicios
están ahí, y a medida que comprendamos mejor esta compleja enfermedad, también
podremos trabajar en tratamientos más eficaces.
«Entender el posible papel de la entrada de patógenos
olfativos en la neuro inflamación asociada a la EA abre nuevas vías de
prevención», escriben los investigadores. «Entre todas las vías de entrada, la
mejora de la higiene de las manos podría ser un paso de prevención fácil, como
se aprendió de la epidemia de COVID-19».
Fuente: Quo