lunes, 27 de enero de 2025

Para los chimpancés, hacer pis es contagioso

 


Cuando un chimpancé orina, los demás parecen seguirle el «flow». Un curioso estudio revela la conexión social detrás de este comportamiento.

La sincronización de conductas en animales puede ayudar a entender dinámicas sociales y evolutivas. Fenómenos como el bostezo contagioso o la orina sincronizada demuestran cómo las interacciones aparentemente simples tienen raíces biológicas y sociales profundas.

Un nuevo estudio publicado el 20 de enero en la revista Current Biology describe por primera vez un fenómeno que los investigadores han llamado “micciones contagiosas”. En el santuario de chimpancés Kumamoto, en Japón, un grupo de 20 chimpancés mostró que, cuando uno orina, los demás tienen más probabilidades de hacer lo mismo.

“Incluso en humanos, orinar en compañía puede verse como un fenómeno social,” explica Ena Onishi de la Universidad de Kioto. “Por ejemplo, en Italia hay un proverbio que dice: ‘Quien no orina en compañía es un ladrón o un espía’. En Japón, esta práctica tiene un término propio: ‘Tsureshon’ (連れション). Nuestro estudio sugiere que este comportamiento podría tener raíces evolutivas profundas, ya que hemos encontrado que los chimpancés tienden a orinar al ver a otros hacerlo”.

La idea de investigar este comportamiento surgió cuando los investigadores notaron que los chimpancés del santuario parecían orinar al mismo tiempo. Esto les recordó al bostezo contagioso en humanos, una conducta bien estudiada, y despertó su curiosidad. Para comprobarlo, documentaron el comportamiento urinario de los chimpancés durante más de 600 horas, registrando un total de 1.328 episodios de micción. Luego analizaron los datos para determinar si las micciones estaban sincronizadas más allá de lo que se esperaría por puro azar. También evaluaron si este comportamiento estaba influido por factores sociales o por la proximidad física entre los individuos.

Los resultados mostraron que las micciones eran significativamente más sincronizadas de lo que se esperaría si ocurrieran al azar. Además, la probabilidad de que un chimpancé orinara aumentaba cuando estaba físicamente cerca del individuo que orinaba primero. Sorprendentemente, los chimpancés con rangos sociales más bajos eran más propensos a unirse a la “cadena” de micciones, lo que indica que el patrón de contagio está influido por la jerarquía social.

“Nos sorprendió descubrir que el rango social tenía un impacto en este comportamiento,” comenta Onishi. “Dado que no existían estudios previos sobre micciones contagiosas en ninguna especie, decidimos basarnos en paralelismos con el bostezo contagioso, otro comportamiento fisiológico semi-voluntario. Pensábamos que los efectos sociales serían similares, como una mayor contagiosidad entre individuos socialmente cercanos. Sin embargo, no encontramos evidencia de esto. En cambio, observamos que los individuos de menor rango eran los que más se contagiaban”.

Shinya Yamamoto, coautor del estudio, añade: “Esto abre múltiples interpretaciones. Podría ser una forma de liderazgo implícito en la sincronización de actividades grupales, un refuerzo de los lazos sociales o incluso un sesgo de atención en los individuos de rango inferior. Estos resultados plantean preguntas fascinantes sobre las funciones sociales de este comportamiento.”

El estudio sugiere que esta conducta aparentemente trivial podría jugar un papel importante en la cohesión del grupo, facilitando la coordinación o reforzando los vínculos sociales. Aunque a simple vista puede parecer algo mundano, los investigadores creen que la micción contagiosa podría tener significados sociales más profundos de lo que se había considerado hasta ahora.

Para los científicos, este hallazgo es solo el comienzo. Quieren investigar más sobre las funciones y los mecanismos específicos detrás de este fenómeno en los chimpancés y explorar si ocurre en otras especies. Quizás en el reino animal, orinar juntos sea más que una necesidad fisiológica: un lenguaje social en toda regla.

 

 

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