El cuerpo humano necesita mantener una temperatura estable
para sobrevivir, y cuando las condiciones externas superan ciertos umbrales de
calor y humedad, la capacidad del organismo para enfriarse falla. Se habla de
«umbral incompensable» cuando el cuerpo ya no puede disipar suficiente calor y
su temperatura central comienza a aumentar de forma incontrolable. Si esto
continúa, se alcanza el «umbral insuperable», donde la temperatura interna
llega a 42 °C en pocas horas, causando un golpe de calor letal. En este
contexto, el cambio climático está empujando cada vez más regiones del planeta
a estas condiciones extremas.
Actualmente, las zonas más inhóspitas para el ser
humano debido al calor extremo incluyen partes del Golfo Pérsico, el
sur de Irán, Pakistán y la llanura del Indo, donde la combinación de
temperaturas elevadas y alta humedad ocasionalmente supera los umbrales de
supervivencia del cuerpo humano. También, regiones del Cuerno de África, el
suroeste de Estados Unidos, el norte de México y el centro de Australia
experimentan temperaturas extremas que dificultan la vida sin acceso a
refrigeración artificial. Con el avance del cambio climático, áreas del Sahel,
el norte de la India y el sureste asiático podrían volverse críticamente
peligrosas, con olas de calor que superen los límites fisiológicos de
resistencia humana.
Un estudio liderado por el King’s College London, publicado en Nature Reviews Earth & Environment, ha revelado que si el calentamiento global alcanza los 2 °C por encima de los niveles preindustriales, el área de la Tierra que será demasiado calurosa para la supervivencia humana se triplicará, alcanzando aproximadamente el 6% de la superficie terrestre. Esta extensión es casi equivalente al tamaño de Estados Unidos.
En estas condiciones, las personas mayores de 60 años
enfrentarán un riesgo aún mayor: la proporción de tierra donde el calor será
peligroso para ellos aumentará hasta el 35%. Esto se debe a que los adultos
mayores son más vulnerables al estrés térmico, ya que su capacidad para regular
la temperatura corporal disminuye con la edad.
El Dr. Tom Matthews, autor principal del estudio y profesor
de Geografía Ambiental en King’s College London, advierte que si se supera el
umbral de 2 °C, el mundo verá «un cambio drástico en el riesgo de mortalidad
por calor». Hasta ahora, las temperaturas letales solo se han registrado
brevemente en ciertas regiones para adultos mayores, pero con más
calentamiento, incluso los adultos jóvenes estarán en peligro. En estas
condiciones, estar al aire libre por períodos prolongados—aunque sea a la
sombra, con brisa y bien hidratado—podría resultar en golpes de calor mortales.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación
analizó datos climáticos y estudios previos sobre el impacto del calor en la
salud humana. Se centraron en los umbrales de temperatura y humedad más allá de
los cuales el cuerpo no puede enfriarse de manera efectiva. Entre 1994 y 2023,
se ha superado el umbral incompensable en el 2% de la superficie terrestre para
adultos menores de 60 años y en más del 20% para adultos mayores.
Aunque los umbrales incompensables han sido alcanzados en
varias zonas del mundo, los umbrales insuperables—que implican un riesgo
inminente de muerte—han sido superados solo de forma breve y principalmente en
adultos mayores. Sin embargo, si el calentamiento global alcanza entre 4 y 5 °C
por encima de los niveles preindustriales, los adultos mayores enfrentarán
calor incompensable en aproximadamente el 60% de la superficie terrestre
durante eventos extremos. A este nivel de calentamiento, el calor insuperable
también comenzará a amenazar a los adultos jóvenes en las regiones más
calurosas del planeta, como el norte de África y el sur de Asia.
El Dr. Matthews subraya que anticipar la magnitud de los
futuros extremos de calor es crucial no solo para comprender los costos de no
frenar el cambio climático, sino también para dirigir los esfuerzos de
adaptación a las comunidades más vulnerables. Según el estudio, con 4 °C de
calentamiento, el 40% de la superficie terrestre experimentará calor
incompensable para los adultos, dejando solo las latitudes altas y algunas
zonas templadas como lugares seguros.
Las consecuencias del calor extremo ya son evidentes. Desde
el año 2000, más de 260,000 personas han muerto en eventos de calor extremo.
Los tres episodios más mortíferos del siglo XXI han causado casi 200,000
muertes: la ola de calor de 2003 en Europa mató a unas 72,000 personas, la de
2022 a 62,000 y la de 2010 en Rusia a alrededor de 56,000.
El estudio también contó con la participación de
investigadores de la Universidad de California, la Universidad de Stanford, el
Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, la Universidad de Columbia
y la Universidad de Boston.
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