domingo, 30 de marzo de 2014

¿Dónde está la cabeza de Goya?


Desde 1919 Francisco Goya, autor de cuadros como ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’ o ‘Los caprichos’ descansa en Madrid, más concretamente en la Ermita de San Antonio de la Florida, acompañado de una de sus más geniales obras. Sin embargo, lo hace bajo una misteriosa circunstancia, sus cuerpo reposa decapitado.

Toda la rocambolesca historia que rodea a los restos mortales de Goya comenzó de una forma arbitraria y casual. Estaba en 1880 el cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra visitando la tumba de su mujer en el cementerio de la ciudad francesa cuando descubrió, con asombro, que allí mismo, a no muchos metros, descansaba el ilustre artista aragonés, fallecido precisamente en Burdeos en 1828.

Ya resulta insólito que durante esos 52 años a nadie le hubiese dado por cuestionarse el paradero del autor de cuadros como ‘La maja vestida’. El caso es que una vez realizado el descubrimiento, Pereyra comenzó el correspondiente trajín burocrático para devolver los restos a España, un tedioso proyecto que se alargó durante varios años y que reportó una intrigante sorpresa al exhumar el cadáver. Allí estaban los restos del pintor pero con una ausencia significativa, faltaba su cabeza.

La estupefacción de los presentes no se hizo esperar. De nuevo ajetreo burocráctico y ante las dudas que amenazaban con paralizar el proceso, un tajante telegrama llegado de España: “Envíe Goya, con cráneo o sin él”. Y así fue, los restos del aragonés abandonaban Francia en junio de 1899 para ir a parar a la sacramental de San Isidro. Penúltima parada de Goya ya que, en 1919, sus restos eran reubicados, de forma definitiva, en la Ermita de San Antonio de la Florida, donde aún podemos visitarlos.

La pregunta es obvia y necesaria ¿qué sucedió con la cabeza del pintor? Aquí surgen muchas teorías, algunas más infundadas que otras. La primera dice que, aún en vida, Goya le dio permiso a su amigo el Doctor Laffargue para que, una vez muerto le cortase la cabeza y procediese a un estudio frenológico. En aquel momento la frenología (una pseudociencia que se apoyaba en la forma del cráneo para trazar nexos con los rasgos de la personalidad de la gente) estaba muy de moda, así que es posible que su decapitación se realizase para tal efecto.

Otras voces dicen que el cadáver de Goya fue profanado y su cabeza cortada, con el mismo objetivo que en la anterior hipótesis, un estudio frenológico, pero añadiendo la variante de que sin su consentimiento. Otra teoría apunta a que fue el artista quien pidió que su cabeza fuese llevaba a Madrid para ser enterrada junto a la Duquesa de Alba.

Muchas incógnitas por resolver, lo único que parece claro es que, el aragonés no sólo perdió la cabeza en vida, en sus últimos años, sino que también lo hizo después de muerto, de manera literal.
Secretos de Madrid.

sábado, 29 de marzo de 2014

Tener sobrepeso puede ser bueno para las personas mayores



Un reciente estudio llevado a cabo por las universidades de Melbourne y Deakin (Australia) ha determinado que las personas mayores de 65 años con un índice de masa corporal (IMC) en el rango de sobrepeso, viven más tiempo que las que tienen un peso saludable.

El sobrepeso se define cuando el IMC de una persona es igual o mayor a 25, quedando el normopeso o IMC saludable entre 18.5 y 24.9. El por qué de esta nueva afirmación, que contraría las directrices de la Organización Mundial de la Salud, se basa en el experimento llevado a cabo por un equipo de investigadores australianos y cuyos resultados han sido publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition.

Para el estudio, los científicos analizaron los resultados de estudios anteriores publicados entre 1990 y 2013 en el que se examinaba la relación entre el IMC y el riesgo de muerte en personas de 65 años o más. En total, fueron analizados 200.000 historiales con un seguimiento promedio de 12 años. El examen reveló que las personas de 65 años en adelante y un IMC con sobrepeso, tenían menor riesgo de muerte que las personas con IMC saludable. Tanto es así, que las personas con un IMC entre 23 y 33 vivieron más años.

El esquema de los resultados quedó de la siguiente forma:

- El riesgo de muerte aumentaba en 12 cuando el IMC estaba entre el 21 y 22 (cerca de la mitad de la gama de peso saludable)
- El riesgo de muerte aumentaba en 19 cuando el IMC estaba entre 20 y 20,9 (aún dentro del rango de peso saludable)
- El riesgo de muerte aumentaba en 8 cuando el IMC estaba entre 33 y 33,9 (en el rango obeso).

Según los investigadores, estos resultados confirman que las personas mayores con un IMC menor a 23 corren un mayor riesgo de morir y que el peso corporal ideal para los mayores no puede ser el mismo que el estipulado para el resto de la población, por lo que deberían revisarse los consejos y pautas de salud para este rango de edad.
Fuente: muy interesante



sábado, 22 de marzo de 2014

Los colores perdidos de la Calle Primavera


Ante el estreno de la estación más colorida del año creo que lo lógico será hacer un paseo por la vía de Madrid que lleva su nombre, la Calle de la Primavera. Os aviso de que ambas sólo coinciden en su denominación y que distan mucho de parecerse. Recorrámosla y tratemos de averiguar entonces el motivo de su denominación…

A escasos metros de la Plaza de Lavapiés, arrinconada en ese enjambre de calles de marcado nombre religioso, sorprende de primeras toparse con esta vía de nombre tan evocador. Lo primero que le viene a uno a la cabeza al pensar en la primavera son flores, colorido y espacios abiertos. Ya os adelanto que en esta cándida calle no vais a encontrar ni rastro de lo mencionado.

La Calle de la Primavera engaña, no ofrece al peatón lo que su nombre puede sugerirle. Es una fina vía, con tráfico en un solo sentido y angostas aceras. Fachadas de distintos materiales y épocas, conviven con bajos hermanados con verjas de barrotes. Un osado parking en una esquina aporta algo de movimiento a una calle que todo hace indicar, vivió etapas más boyantes. Hoy por hoy, ninguna referencia a esa primavera que le acompaña en su placa. Entonces, ¿a qué debe su nombre?

Según apuntan varios cronistas esta inclinada calle, que tiempo atrás recibió otras denominaciones como “de las Damas” o de “Buenavista”, estuvo antaño cubierta y engalanada por una fuente y unos frondosos jardines en los cuales, además, se celebraba la festividad de la Cruz de Mayo. Una bonita estampa que en la primavera brillaba aún más. Una mirada embriagadora, opuesta a la actual, que se acentuaba precisamente con la pendiente de la calle y que, contemplada desde su punto más alto, regalaba una visión de gran belleza y frescor.

Pero éste no es el único secreto que esconde esta modesta calle. En ella, más concretamente en el número siete se ubicó el Teatro Barbieri, uno de los más antiguos de la ciudad. Se estrenó el día de Todos los Santos de 1899 con la obra ‘Don Juan Tenorio’ de José Zorrilla. Fue en su momento uno de los más modernos de Madrid e incluso tenía un techo que se podía abatir los días de buen tiempo,en menos de cinco minutos, tal y como se hace hoy en los modernos estadios de fútbol. Sin embargo, desapareció en 1917 por culpa de un devastador incendio.

Quizás, aquellas llamas terminaron por condenar una calle a un invierno del que aún no se ha recuperado. Como vemos, retazos de una vida mucho más glamurosa y animada la que dispuso, tiempo atrás, la Calle de la Primavera. Una vía que precisamente enlaza con las calles de la Fe y de la Esperanza. Imagino que a ambas se encomienda, día tras día, para volver a brillar tanto como lo hace su nombre.
Secretos de Madrid.


viernes, 21 de marzo de 2014

Los humanos podemos distinguir hasta 1 billón de olores


A pesar de estimaciones anteriores que hablaban de 10.000 olores, un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de Rockefeller (EEUU) ha determinado que los seres humanos somos capaces de distinguir hasta 1 billón de olores distintos. La nariz humana es más poderosa de lo que pensábamos.

El estudio, que ha sido publicado en la revista Science, explica que el sistema olfativo humano puede detectar más de los 10.000 olores anteriormente especificados, ya que nuestra nariz es capaz de discriminar los olores con mucha facilidad.

Para llegar a esta conclusión los investigadores realizaron un experimento con 26 voluntarios y 264 pares de olores diferentes pero con diversos grados de similitud divididos en tres grupos y conteniendo cada grupo 10, 20 o 30 componentes químicos diferentes (con moléculas responsables de dar olor a la naranja, al anís o a la menta verde, entre otras). Luego, entregaron tres frascos a cada participante: dos de ellos tenían el mismo olor y otro contenía un olor diferente con el mismo número de componentes pero con diferente grado de semejanza. Se pidió a los participantes que distinguieran qué olor era el que no concordaba.

Al analizar los resultados, descubrieron que cuanto mayor era el grado de similitud en la composición del olor, más difícil era para los participantes distinguir el frasco con olor diferente; es decir, cuando las mezclas compartían más de la mitad de sus componentes, menos voluntarios eran capaces de diferenciarlas. Finalmente, los investigadores calcularon el número total de las mezclas que podían ser distinguidas por el olfato humano y determinaron que podían llegar a ser hasta 1 billón. 
Muy interesante.

viernes, 14 de marzo de 2014

Es madre a los 63 años de su hijo número 35


Se llama Wisdom, sabiduría en inglés, y acumula el saber que sólo los años y la experiencia pueden aportar a una madre. Porque Wisdom, el albatros más famoso de todos los tiempos, sigue pulverizando los récords maternales conocidos. A sus 63 años está cuidando a su hijo número 35. Y lo hace con delicadeza extrema, tan ilusionada como si fuera el primero.

Wisdom es una venerable hembra de albatros de Laysan (Phoebastria immutabilis) y está considerada la madre más vieja del mundo. Anillada en 1956, en ese momento ya era un ejemplar reproductor al que le calcularon cinco años de edad.

Máxima fidelidad. ¿Quieres otro dato imposible? Los albatros de Laysan se aparean tradicionalmente con una pareja para toda la vida. Eso quiere decir que muy probablemente Wisdom lleva 60 años conviviendo con el mismo macho. Increíble ¿verdad?

Máxima paciencia. Otro dato para el asombro. Los albatros de Laysan ponen un solo huevo a la vez, cada año, pero no todos los años. La razón es que la crianza del pollo es larguísima y necesitan más de un año para incubar y sacar adelante a su descendencia.

Máxima resistencia viajera. Otra cifra imposible. Los científicos calculan que a lo largo de su longeva vida Wisdom ha recorrido más de 3 millones de millas, ¡casi 5 millones de kilómetros! 63 años sorteando tormentas y tifones, pescando con habilidad, esquivando los miles de palangres que diariamente matan a sus congéneres, burlando venenosos plásticos, eludiendo chapapote y otros vertidos asesinos. ¡Una heroína!

La cría número 35 de Wisdom nació el pasado 4 de febrero en una isla del atolón de Midway, un pequeño territorio de los EE.UU. ubicado en el Pacífico Norte, entre Honolulu y Tokio. Hasta el próximo invierno el pollo no volará y se independizará de su longeva madre, con quien ya no volverá a tener contacto nunca más.

Sus áreas de alimentación son la costa oeste de América del Norte, incluyendo el Golfo de Alaska, y pasan sus primeros tres a cinco años en constante vuelo sobre el mar, sin tocar tierra. Incluso es muy probable que duerman mientras vuelan sobre el océano, pues sus alas son tan inmensas y rectas que una vez en el agua les resulta muy difícil remontar de nuevo el vuelo.


Como dice un colega ornitólogo, a sus 63 años Wisdom está ya cerca de jubilarse y se merece hasta el último centavo de su pensión ¿no te parece?
Fuente: la crónica verde.

miércoles, 12 de marzo de 2014

El agua embotellada contiene más polonio que la del grifo


Por término medio, una persona ha de ingerir al día cerca de un litro de agua (entre 6 y 8 vasos), incluyendo la que aportan los propios alimentos. El agua embotellada goza cada día de mayor aceptación, debido a los beneficios que reporta a nuestra salud por su alto contenido mineral. A pesar de ello, investigaciones previas han hallado trazas de nicotina en dicha agua extraída del subsuelo. Un nuevo estudio ha revelado que el agua de manantial contiene también otra sustancia química tóxica, el polonio-210, aunque en un porcentaje muy por debajo de los niveles de alarma.

Los investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y la Universidad de Sevila, analizaron 32 marcas de agua embotellada justo después de ser adquiridas y detectaron una notable concentración de polonio-210 en algunas muestras, llegando a superar en 100 veces la del agua del grifo, aunque se mantenía inferior a los valores peligrosos. El rango de concentración oscilaba entre los 0,6 y 40 milibecquerelios (mBq) por litro, frente al 1 mBq por litro del agua del grifo, que al estar sometida a un tratamiento de potabilización, no mostraba semejantes niveles de la nociva sustancia. Los científicos compararon también la aportación a la dosis recibida de este radionúclido respecto a la de otros dos radioisótopos, el uranio 234 y 238, presentes también en el agua embotellada, concluyendo que esta segunda era superior a la del polonio. Los datos de la investigación revelaron a su vez que los niños de entre uno y siete años recibían una dosis mayor que el resto debido a su menor masa corporal.

El polonio-210 es una sustancia radioactiva que se encuentra presente de forma natural en el suelo y la atmósfera, y se incorpora al agua mineral a través de las rocas de los acuíferos y manantiales. Cuando se acumula en distintas partes del cuerpo (hígado, bazo, riñones y médula) puede originar daños celulares, pero para ello se requiere una dosis alta, generalmente inhalada a través del tabaco.

"Frente a estos resultados llaman la atención las múltiples campañas que se hacen recomendando el consumo de agua embotellada frente a la potable de grifo, sobre todo en niños", sentenciaban los científicos a la agencia de noticias científicas SINC.
Fuente: muy interesante.





martes, 11 de marzo de 2014

Fotos antiguas: Melancolía en Embajadores.



Hay fotografías que no tienen que inmortalizar un reconocido monumento o un instante insólito para hipnotizarnos. En ocasiones, en lo más cotidiano y trivial florece lo más mágico. El gran Francesc Catalá-Roca seguía a rajatabla este mandamiento, gracias a lo cual nos legó escenas tan brillantes como ésta.

Hoy nos sumergimos en el Madrid de 1953, en la Calle Embajadores. Un encuadre poco artístico que nos invita a asomar la cabeza sobre esa esquina de fachada roída y desconchada para contemplar un Madrid apagado, sin fuerzas y altamente melancólico.

De no ser por esos dos peatones que caminan indiferentes pensaríamos estar ante una ciudad fantasma. Carreteras vacias, igual de desiertas que las ramas de unos árboles que parecen suplicar por un poco de sol y de color. Madrid demuestra, una vez más, que dentro de la escala de grises se maneja como ninguna, sacando a relucir todos sus defectos y virtudes, a pecho descubierto. Solo ese par de carteles sobre la ennegrecida pared consiguen aportar un poco de vida y optimismo a la escena.

En cuanto estuve delante de esta fotografía me inundó una enorme sensación de calma tensa. Sentí que a pesar de la aparente normalidad que se muestra, detrás de aquellos muros y ventanas, aún se abrazaba el dolor. Quizás las heridas de la guerra aún estaban muy abiertas. El país, y Madrid, buscaban por recuperar una rutina que nunca debió perderse. Al menos lo intentaban. Sin embargo, fotografías como ésta nos susurra que volver a sonreír fue mucho más complicado de lo que parece y que los tiempos, ni ahora ni antes, nunca fueron sencillos.
Fuente: Secretos de Madrid


miércoles, 5 de marzo de 2014

Casa del Pecado Mortal



En la desaparecida calle del Rosal, situada en lo que hoy es la Gran Vía, (Madrid)  existió una lúgubre mansión a la que los madrileños denominaron "Casa del pecado mortal".
Se trataba de un hospital de maternidad creado para mujeres solteras que se habían quedado embarazadas y que deseaban dar a luz en el mayor de los secretos.
Las mujeres que aquí ingresaban, levaban una vida de clausura y mantenían el rostro tapado por un velo durante todo su embarazo.
Dependía esta institución de la "Hermandad del Santo Celo de la Salvación de las Almas" que había sido creada en tiempos de Felipe V y que mantenía a sus expensas el Convento de Arrepentidas de la calle de Hortaleza (frente a la actual sede de los arquitectos)
Cuando hablamos de arrepentidas nos referimos a mujeres que habían abandonado la prostitución.

Pues bien, tanto el hospitalillo de la calle del Rosal como el convento de la calle Hortaleza eran las sedes de la llamada "Ronda del Pecado Mortal"
Esta ronda acostumbraba a salir por las noches y recorrían los barrios de mala fama a la hora en que se suponía que los pecadores estaban entregados a la faena.
Los cofrades iban agitando grandes cencerros y cantaban a voz en grito unas coplas que ponían el vello de punta:
"Alma que estás en pecado
si esta noche te murieras
piensa bien a dónde fueras"
Con lo que a más de uno le dejaban con el corazón (y algún otro órgano) totalmente encogido.
El objetivo era recaudar limosnas para atender a los fines de esta pía institución, de modo y manera que a su paso las gentes arrojaban monedas desde las ventanas.


La Casa del Pecado Mortal fue derribada en los años veinte del pasado siglo al construirse la Gran Vía.



sábado, 1 de marzo de 2014

El habla de Madrí.




El habla característica de los barrios populares madrileños recoge expresiones de creación local, pero sobre todo es el resultado de las aportaciones del habla andaluza y aragonesa así como el caló de los gitanos que llega a través de la gran inmigración de los siglos XIX y XX.

Ese habla arrogante, chinchosa, chispeante, categórica y dejosa a la vez, es adoptada por los manolos y los chulapos, por muchos de los que viven y trabajan en los barrios humildes de Madrid.

El habla castellana de Madrid es una variedad dialectal caracterizada por:
-El yeísmo, o indistinción de la ll y la y.
-Tendencia a que las eses finales se conviertan en jotas.
-Tendencia al leísmo, laísmo y loísmo.
-Tendencia a incorporar palabras del sur de España, especialmente del caló de los gitanos.

Los chulapos llamaban bata a la madre, bato al padre y bateo a un bautizo. Camelar es seducir. Los gabrieles eran los garbanzos. Un baranda es un tipo espabilado. Una parpusa es una gorra. La chaqueta se llama chupa, la capa: pañosa, los calzoncillos: gayumbos, el reloj: peluco. Chachi quiere decir que algo es extraordinario o que uno está de acuerdo con algo, lo mismo que fetén, chipén o chachipén. Chungo es desagradable. Currar o currelar es trabajar. Menda soy yo. Parné es dinero. La cama es la piltra. Pinrel es el pie. El guten alemán dio origen al dabuten del caló que englobaba todo lo bueno que un castizo pudiera desear; y de dabuten: dabuti.

Hasta fechas recientes aún era posible encontrar en los barrios bajos gente que mantenía el acento característico de los chulapos, tipos populares que parecían ocultar una ciruela en la boca mientras hablaban y que recalcaban las sílabas de las palabras. Con suerte aún se puede escuchar a alguno de ellos, pero es un fenómeno en vías de extinción.
De caminando por madrid.