Desde 1919 Francisco Goya, autor de cuadros como ‘Los
fusilamientos del 3 de mayo’ o ‘Los caprichos’ descansa en Madrid, más
concretamente en la Ermita de San Antonio de la Florida, acompañado de una de
sus más geniales obras. Sin embargo, lo hace bajo una misteriosa circunstancia,
sus cuerpo reposa decapitado.
Toda la rocambolesca historia que rodea a los restos
mortales de Goya comenzó de una forma arbitraria y casual. Estaba en 1880 el
cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra visitando la tumba de su mujer en el
cementerio de la ciudad francesa cuando descubrió, con asombro, que allí mismo,
a no muchos metros, descansaba el ilustre artista aragonés, fallecido
precisamente en Burdeos en 1828.
Ya resulta insólito que durante esos 52 años a nadie le
hubiese dado por cuestionarse el paradero del autor de cuadros como ‘La maja
vestida’. El caso es que una vez realizado el descubrimiento, Pereyra comenzó
el correspondiente trajín burocrático para devolver los restos a España, un
tedioso proyecto que se alargó durante varios años y que reportó una intrigante
sorpresa al exhumar el cadáver. Allí estaban los restos del pintor pero con una
ausencia significativa, faltaba su cabeza.
La estupefacción de los presentes no se hizo esperar. De
nuevo ajetreo burocráctico y ante las dudas que amenazaban con paralizar el
proceso, un tajante telegrama llegado de España: “Envíe Goya, con cráneo o sin
él”. Y así fue, los restos del aragonés abandonaban Francia en junio de 1899
para ir a parar a la sacramental de San Isidro. Penúltima parada de Goya ya
que, en 1919, sus restos eran reubicados, de forma definitiva, en la Ermita de
San Antonio de la Florida, donde aún podemos visitarlos.
La pregunta es obvia y necesaria ¿qué sucedió con la cabeza
del pintor? Aquí surgen muchas teorías, algunas más infundadas que otras. La
primera dice que, aún en vida, Goya le dio permiso a su amigo el Doctor
Laffargue para que, una vez muerto le cortase la cabeza y procediese a un
estudio frenológico. En aquel momento la frenología (una pseudociencia que se
apoyaba en la forma del cráneo para trazar nexos con los rasgos de la personalidad
de la gente) estaba muy de moda, así que es posible que su decapitación se
realizase para tal efecto.
Otras voces dicen que el cadáver de Goya fue profanado y su
cabeza cortada, con el mismo objetivo que en la anterior hipótesis, un estudio
frenológico, pero añadiendo la variante de que sin su consentimiento. Otra
teoría apunta a que fue el artista quien pidió que su cabeza fuese llevaba a
Madrid para ser enterrada junto a la Duquesa de Alba.
Secretos de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario