martes, 19 de abril de 2016

Pineda de la Sierra (Burgos)



Pineda de la Sierra es un pequeño municipio de 100 habitantes situado en la comarca de la Sierra de la Demanda, en la provincia de Burgos. A 50 kilómetros de la capital, hablamos de uno de los pueblos a mayor altitud de la región, 1.200 metros le separan del nivel del mar.

Se trata de uno de los pueblos castellanos históricos, ya que se formó tras la caída del Antiguo Régimen al producirse una separación de los municipios que formaban el anterior censo de Floridablanca.

De esa época en la que aún no era un municipio independiente, solo se conserva un monumento, la Iglesia de San Esteban. Prácticamente remodelada en su totalidad, aún es visible su galería porticada construida en el s.XII.


Su economía se sustenta, sobre todo, gracias a la agricultura, si bien también es indispensable la silvicultura y, en mayor parte, el turismo.

Y es que el turismo es esencial en este pequeño pueblo. Su altitud y las grandes nevadas invernales hacen que sea posible la práctica del esquí en Valle Sol, siendo este uno de los grandes promotores del turismo castellano leonés. También es posible realizar alpinismo.

De aquí sale parte una de las excursiones más demandadas de la provincia, la ascensión al Pico Mencilla, que se realiza el domingo anterior a Navidad.

 Sus fiestas principales se celebran el 8 de septiembre en honor a Nuestra Señora de la Villa, destacando su ofrenda floral, visitada por todos los habitantes de los municipios colindantes.

jueves, 14 de abril de 2016

Vía verde y curiosidades de la Sierra de la Demanda



La Sierra de la Demanda es un punto mágico en la provincia de Burgos. Dividida en tres núcleos montañosos: sierras de San Millán, Mencilla y Neila, son los robles, las hayas y los acebos los encargados de adornar con sus hojas y sus colores un paisaje único en la provincia. Parece ser que el nombre de “de la Demanda” surge de antiguos litigios entre dos localidades: Monterrubio y Barbadillo de Herreros, ambos en pleno corazón de la sierra. Aunque estas disputas datan del siglo XVI, se alargaron en el tiempo hasta el XIX.

Por sus condiciones y características, la Sierra de la Demanda, siempre ha sido un buen lugar para la minería. Existen documentos que reflejan ya esta actividad en el siglo XV, aunque no sería hasta el XIX cuando llegó a su máximo esplendor al instalarse en la zona una compañía inglesa. Esta se encargó de llevar hasta las extracciones un tren el cual facilitaba el transporte de la mercancía hasta Burgos ciudad, rebajando al mismo tiempo el precio final del producto. La actividad de esta sociedad inglesa estuvo en funcionamiento desde 1902 hasta 1910, cuando tuvo que cerrar el ferrocarril, un medio que nunca más volvió a estar activo a pesar de que los trabajos mineros se retomaron años más tarde.


Vía Verde de la Sierra de la Demanda

Precisamente la actual Vía Verde que recorre parte de la sierra, circula en su mayoría por el tramo que hacía el ferrocarril. La ruta se inicia en Arlanzón y termina en Monterrubio de la Demanda, más de 50 kilómetros de naturaleza y paisajes de todo tipo que todavía continúan sorprendiendo a sus visitantes. Aunque todavía no se ha llegado a hacer, el objetivo es prolongar esta Vía Verde hasta la misma Sierra de Atapuerca.

Los primeros 10 kilómetros transcurren entre una amplia variedad de flora combinada con todo tipo de animales que viven en el entorno: ardillas, jabalíes, zorros… A partir de esta distancia aparece la primera dificultad: el túnel. Dado su mal estado de conservación, no se puede atravesar por lo que  ese recorrido ha de hacerse por una pista desde la que se aprecia una fuerte pendiente.

Otro punto a destacar en este camino es el kilómetro 23, donde se encuentra Pineda de la Sierra, un pueblo de casi 100 habitantes declarado conjunto histórico-artístico, una parada obligada para contemplar la arquitectura serrana de sus viviendas.

De nuevo el kilómetro 31 nos ofrece otro túnel, que en igual condiciones que el anterior, no permite el tránsito por su interior, por lo que el recorrido se hace por una cuesta muy empinada.

Por fin en el kilómetro 40 aparece el único túnel transitable.

Poco a poco va llegando el tramo final con dos paradas interesantes antes de alcanzar la meta: el kilómetro 44 coincidente con el municipio de Barbadillo de Herreros, una localidad con un fantástico pasado minero y el kilómetro 52 donde los viandantes encontraréis una extensa pradera con cabaña, fuente y parrillas perfectas para recargar pilas después de una larga caminata.



domingo, 10 de abril de 2016

El agua fría refresca cuando hace mucho calor?



Pues aunque parezca mentira, no: si nos damos una ducha fría, el cuerpo intenta compensar el cambio brusco de temperatura y aumenta la sensación de sofoco.


 Consejos para cuidar la piel en la ducha
Un duchazo helado obliga al organismo a compensar la repentina bajada de temperatura para recuperar los 36,5 grados centígrados que, por término medio, le corresponden a nuestro organismo para cumplir con sus necesidades fisiológicas.

Y este proceso, que implica un gasto de energía, se acompaña de una mayor sensación de calor. Dicho de otro modo, lejos de refrescarnos, nos sofoca.  De hecho, antes de tomar esta drástica medida, expertos como el neurocientífico australiano Robin McAllen, del Florey Institute of Neuroscience and Mental Health, recomiendan beber una taza de té caliente en los peores días de la canícula. Porque un brebaje humeante estimula la sudoración, el mejor mecanismo con el que cuenta el cuerpo humano para refrigerarse, como explica la periodista Elena Sanz en el Extra Preguntas & Respuestas nº 36 de Muy Interesante.

Aunque el agua fría sí es recomendable para recuperarse tras realizar ejercicio intenso. Después de correr o montar en bicicleta, por ejemplo, un baño de veinticuatro minutos a entre 10 y 15 grados centígrados ayudará a que se recuperen tus músculos, según un estudio que publicaba el New England Journal of Medicine.

Y si quieres perder peso, una inmersión a baja temperatura también puede ser tu aliada, ya que se ha comprobado que activa la grasa parda o grasa buena, la encargada de quemar calorías para generar calor.