La Sierra de la Demanda es un punto mágico en la provincia
de Burgos. Dividida en tres núcleos montañosos: sierras de San Millán, Mencilla
y Neila, son los robles, las hayas y los acebos los encargados de adornar con
sus hojas y sus colores un paisaje único en la provincia. Parece ser que el
nombre de “de la Demanda” surge de antiguos litigios entre dos localidades:
Monterrubio y Barbadillo de Herreros, ambos en pleno corazón de la sierra. Aunque
estas disputas datan del siglo XVI, se alargaron en el tiempo hasta el XIX.
Por sus condiciones y características, la Sierra de la
Demanda, siempre ha sido un buen lugar para la minería. Existen documentos que
reflejan ya esta actividad en el siglo XV, aunque no sería hasta el XIX cuando
llegó a su máximo esplendor al instalarse en la zona una compañía inglesa. Esta
se encargó de llevar hasta las extracciones un tren el cual facilitaba el
transporte de la mercancía hasta Burgos ciudad, rebajando al mismo tiempo el
precio final del producto. La actividad de esta sociedad inglesa estuvo en
funcionamiento desde 1902 hasta 1910, cuando tuvo que cerrar el ferrocarril, un
medio que nunca más volvió a estar activo a pesar de que los trabajos mineros
se retomaron años más tarde.
Vía Verde de la Sierra de la Demanda
Precisamente la actual Vía Verde que recorre parte de la sierra, circula en su mayoría por el tramo que hacía el ferrocarril. La ruta se inicia en Arlanzón y termina en Monterrubio de la Demanda, más de 50 kilómetros de naturaleza y paisajes de todo tipo que todavía continúan sorprendiendo a sus visitantes. Aunque todavía no se ha llegado a hacer, el objetivo es prolongar esta Vía Verde hasta la misma Sierra de Atapuerca.
Los primeros 10 kilómetros transcurren entre una amplia variedad de flora combinada con todo tipo de animales que viven en el entorno: ardillas, jabalíes, zorros… A partir de esta distancia aparece la primera dificultad: el túnel. Dado su mal estado de conservación, no se puede atravesar por lo que ese recorrido ha de hacerse por una pista desde la que se aprecia una fuerte pendiente.
Otro punto a destacar en este camino es el kilómetro 23,
donde se encuentra Pineda de la Sierra, un pueblo de casi 100 habitantes
declarado conjunto histórico-artístico, una parada obligada para contemplar la
arquitectura serrana de sus viviendas.
De nuevo el kilómetro 31 nos ofrece otro túnel, que en igual
condiciones que el anterior, no permite el tránsito por su interior, por lo que
el recorrido se hace por una cuesta muy empinada.
Por fin en el kilómetro 40 aparece el único túnel
transitable.
Poco a poco va llegando el tramo final con dos paradas
interesantes antes de alcanzar la meta: el kilómetro 44 coincidente con el
municipio de Barbadillo de Herreros, una localidad con un fantástico pasado
minero y el kilómetro 52 donde los viandantes encontraréis una extensa pradera
con cabaña, fuente y parrillas perfectas para recargar pilas después de una
larga caminata.
1 comentario:
Impresionante los datos y curiosidades, cuanto menos interesante.
Mola, gracias papi.
ALMA
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