domingo, 17 de diciembre de 2023

Las aves macho mantienen su atractivo cantando

 


Las aves canoras macho necesitan cantar a diario para ejercitar sus músculos vocales y así producir canciones atractivas para las hembras

 Si eres un macho de la especie humana, el atractivo es una complicada mezcla de carisma, rasgos faciales, cuerpo atlético y estatus financiero. Pero si eres un pájaro, no te queda más remedio que cantar para atraer a las hembras, y para mantener tu atractivo, tienes que practicar todos los días, como los tenores de ópera.

 Según un estudio de la Universidad del Sur de Dinamarca, publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, este canto es crucial no solo para impresionar a las posibles parejas, sino también para defender sus territorios y mantener lazos sociales. Los investigadores descubrieron que, si las aves dejan de usar sus músculos vocales, estos se vuelven más lentos y débiles en cuestión de días. Incluso, después de 7 días sin cantar, los músculos vocales ya pierden el 50% de su fuerza. Lo sorprendente es que las hembras de pinzón cebra, utilizadas en experimentos de reproducción de cantos, podían percibir la diferencia y preferían los cantos de machos que se ejercitaban regularmente. Este descubrimiento plantea una razón alternativa por la que las aves cantan tanto y todos los días: mantenerse atractivas para sus parejas.

 Curiosamente, los músculos vocales de las aves canoras requieren programas de entrenamiento diferentes a los de los músculos de las piernas. Mientras que en humanos, los músculos de las piernas y los brazos suelen volverse más lentos con el ejercicio, los músculos vocales de las aves se debilitan y aceleran, lo contrario a los músculos normales de las extremidades. Esto sugiere que los músculos vocales podrían requerir un tipo de entrenamiento inverso, algo que podría ser cierto para todos los vertebrados, incluidos los humanos.

 Los resultados de este estudio podrían tener importantes consecuencias para la terapia del habla y el entrenamiento vocal en humanos, ya que los músculos de la laringe humana son difíciles de estudiar y la intervención terapéutica suele basarse en lo que se sabe de la fisiología del ejercicio de los músculos de las piernas​​.

 

 

domingo, 3 de diciembre de 2023

Jaramillo Quemado (Burgos)

 


Jaramillo de los Caballeros cambió su nombre un fatídico día de hace unos cinco siglos en el que el pueblo ardió. Desde entonces se llama Jaramillo Quemado. En el censo figuran nueve habitantes, pero los que allí viven día sí y día también no suelen ser muchos más de cuatro. Este pueblo burgalés de casas desperdigadas que hacen que se vea más grande, es el más pequeño de la provincia. Aunque ha perdido muchos habitantes con el paso del tiempo (en los años 70 eran casi 200), lo que no ha perdido ha sido encanto. Sus calles lo saben y Burgos también.

En la cima de un montículo se erige la iglesia parroquial de San Martín de Tours, que data del siglo X; época de la que solo se conserva la torre, el resto es de estilo gótico de principios del XVI. La villa crece en verano, pues muchas de las casas que hay son vacacionales, pero los habitantes reciben a los viajeros con los brazos abiertos. Cada primer domingo de julio se sube en romería hasta la ermita de Valpeñoso, tradición que siguen con orgullo sus escasos habitantes fijos y los temporales veraneantes.

A 45 kilómetros de la capital, por esta aldea de casas de piedra y tejados rojos pasan varios recorridos de la Vía Verde de la Sierra de la Demanda (tierra de dinosaurios), que sigue el curso del río Arlanzón y une los municipios Monterrubio de la Demanda y Arlanzón. La villa descansa próxima a la Sierra de Mencilla, desde donde también se puede recorrer la Ruta de los Jaramillos. Al final del sendero hay una extensa dehesa de roble que antaño fue una importante zona de trashumancia. El prado al que se arriba está coronado por dos especies arbóreas oriundas de la zona: el Roble de la Verruga y el Queijo de Belbibimbre.

Cuna de insignes hidalgos, reposo para ovejas y cama temporal de los pastores, Jaramillo (de los Caballeros) Quemado se agazapa bajo la larga sombra de grandes ciudades y pueblos que lo rodean, que se eligen para vivir y visitar por encima de esta población. Craso error, sin embargo, por parte de los viajeros, que se pierden las infinitas maravillas de una diminuta aldea burgalesa con solo 9 habitantes pero infinitos encantos que ofrecer.