La gran nevada de la Navidad de 1926
Entre el 25 y el 27 de diciembre de 1926 nevó en una de las
zonas donde es menos común que suela hacerlo. Muchos alicantinos vivieron una
autentica blanca Navidad ya que desde esa misma noche comenzaron a caer copos
en la provincia. Cerca de unos 2 metros de nieve se registraron en la montaña
del interior de Alicante. Además, la nieve llegó a cuajar en otras ciudades
costeras como Almería, Málaga, Torrevieja o Cartagena.
Más de medio metro en Burgos en 2004
Es difícil evaluar cuál fue el invierno que tuvo la mayor
nevada del siglo XXI, ya que depende de la zona y región. Pero la ciudad de
Burgos, en el año 2004, podría ostentar este título. El espesor de nieve en
diferentes zonas de la ciudad osciló entre los 50 y 70 cm. El temporal de nieve
obligó a cerrar una de las carreteras más transitadas de nuestro país, la A-1,
dejando atrapadas a miles de personas.
La nevada más caótica: año 2009 en la ciudad de Madrid
Nieve y frío, una combinación nefasta en la capital de
España en enero del año 2009 que dio lugar a carreteras intransitables, trenes
con retraso e incluso el cierre del aeropuerto Adolfo Suárez durante más de
cinco horas. Las cantidades no fueron demasiado abundantes -no superaron los 5
cm en la ciudad y los 7 cm en Barajas- pero fueron suficientes para hacer de
esta una de las nevadas más caóticas de la historia.
Y en el futuro ¿más o menos probabilidad de nevadas fuertes?
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático analiza
los efectos del calentamiento global y las proyecciones en el futuro. En el
caso de las nevadas es complicado establecer si tendremos más o menos
frecuencia e intensidad de este tipo de precipitación. Está claro que la
tendencia es a un aumento de la temperatura y en algunas zonas, a pesar de que
podría llover menos, podría hacerlo de forma más torrencial como en el
Mediterráneo.
Cuanto más cálido está el aire mayor es la cantidad de vapor
de agua que puede sostener y mayor es la precipitación que se puede producir.
Si además aumenta la temperatura de la superficie de los océanos, aumenta la
evaporación y, por tanto, la fuente de vapor de agua para formar nubes.
Podría producirse un aumento de nevadas copiosas en un
entorno más templado cerca de los cero grados. Sin embargo, los estudios no son
claros al respecto. Habrá que esperar un tiempo para poder determinar si en un
futuro viviremos nevadas más severas que algunas de las que nos han acompañado
en nuestra historia.
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