En Australia.
Científicos de la Universidad de Sydney logran que 34 de las
56 ovejas merinas inseminadas con esperma de 1968 lleven a buen término su
embarazo. Aseguran que la calidad del semen es similar a la del recogido hace
un año
Sir Freddie, un carnero nacido en 1959, fue uno de los
cuatro sementales cuyo esperma fue recogido en 1968 en Australia para inseminar
a ovejas merinas, muy apreciadas por la calidad de su lana. Durante medio
siglo, su semen se conservó congelado en nitrógeno líquido a -196 ºC hasta que
un equipo de científicos de la Universidad de Sydney decidió averiguar si las
muestras seguirían siendo viables.
Según aseguraron el domingo, la respuesta es sí y para su
sorpresa, el éxito reproductivo conseguido con ellas ha sido similar al
obtenido con semen recogido hace 12 meses. De las 56 ovejas merinas inseminadas
en el marco de este experimento, 34 lograron llevar a buen término el embarazo,
según ha detallado el centro australiano al hacer públicos los resultados.
A modo de comparación, cuando se utilizó esperma conservado
durante 12 meses procedente de 19 machos, se inseminaron 1.048 ovejas, de las
cuales 618 tuvieron crías. Es decir, el porcentaje de éxito con esperma
recientemente congelado fue del 61% frente al 59% obtenido con el de 1968,
según las cifras ofrecidas por los autores del trabajo, que todavía no han
publicado en una revista científica su avance en reproducción asistida. Jessica
Rickard, coautora de la investigación, afirma que lo van a hacer próximamente.
"Sabíamos que el proceso de congelación del semen es
eficiente y permite que éste se conserve durante mucho tiempo, pero no
estábamos seguros sobre cuál sería la calidad del ADN después de tantos
años", explica Rickard a través de un correo electrónico.
Lo extraordinario, añade, es que no encontraran diferencias
entre el semen congelado hace medio siglo y el recogido hace un año.
Todas las ovejas que participaron en el estudio fueron
inseminadas el mismo día. "El proceso lleva unos 30 segundos por animal.
Es muy rápido y eficiente, de modo que es posible inseminar a varios centenares
de ovejas en un día. Primero, se la seda y después se deposita el semen en el
útero. La oveja vuelve sola al prado andando", describe la investigadora.
"Los corderos tenían siete meses en el momento de
terminar el estudio [ahora han cumplido ocho] y todos ellos se encontraban en
buen estado de salud al nacer", asegura.
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