El CIMBORRIO DE LA CATEDRAL DE BURGOS, se ubica en la parte
superior de las naves mayor y transversal formando en su parte exterior el
crucero. Tiene cincuenta metros de altura desde la base, y cuenta con doble
cuerpo de luces y una espectacular bóveda de estrella calada, que permite el
paso de la luz cenital.
Hubo un cimborrio
anterior que se destruyó dado que el excesivo peso de la construcción provocó su
caída en 1539. Éste, original fue encargado a Juan de Colonia por el obispo
Luis Acuña en torno a 1460. Se realiza un nuevo cimborrio sobre diseño de
Felipe Bigarny ya en estilo renacentista, aunque con toques goticistas para no
desentonar con el resto de la catedral.
Lo construyó Juan de Vallejo entre 1540 y 1568 posiblemente
inspirado en el anterior que construyeron Juan y Simón de Colonia que se
derrumbó en 1539. Aunque fue construido en pleno renacimiento contiene
concesiones y recuerdos del gótico tardío, hábilmente armonizados con el perfil
gótico de la Catedral.
Es todo él un prodigio de escultura, tanto en estatuas
exentas como en relieve; más de cien estatuas se distribuyen en todo su ámbito
exterior e interior. Todo el conjunto se remata con una espectacular bóveda
estrellada de doble estructura con forma de estrella de ocho puntas y que entre
sus nervios encierra una filigrana totalmente calada. Esta sorprendente y
atrevida solución arquitectónica, además de aligerar peso, permite que la luz
cenital se filtre con fuerza e ilumine el trabajo escultórico que se desparrama
a su alrededor.
De él decía Felipe II, absorto en su contemplación , “que más
parecía obra de ángeles que de hombres”
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