martes, 12 de mayo de 2009

San Isidro en Madrid



Isidro de Merlo y Quintana nació en los Madriles y anduvo por el mundo entre los años de 1082 y 1170. Se crió en un pequeño Madrid recién conquistado a los árabes por las tropas de Alfonso VI, y por aquí anduvo hasta que en 1110 Alí –hijo de Yusef, Rey de Marruecos– levantó el cerco que tenía puesto a Toledo, sitió a Magerit y acabó por reconquistarlo. San Isidro huyó entonces con los suyos a Torrelaguna, donde se acomodó como criado de labranza a las órdenes de un terrateniente local. Comenzó allí a obrar sus característicos y prodigiosos milagros, sacando por vez primera –como un nuevo y descreído Moisés (Números, XX-11)– agua de las peñas para saciar la sed de su amo.

Por allí conoció a la que más tarde sería su esposa, María de la Cabeza, que luego fue santa y prestó su nombre a una anchurosa calle madrileña que comienza en la Glorieta del Emperador Carlos V (vulgo de Atocha) y baja hasta el Río Manzanares. De aquella santa unión nació sin embargo un hijo al que llamaron Yllán (Julián), que fue –claro está– santo eremita, y que muerto su padre se trasladó al pueblo toledano de Cebolla, donde levantó una ermita que a su muerte le sirvió de enterramiento. Este niño Yllán protagonizó uno de los milagros más populares, pues habiéndose caído a un pozo, mientras su madre lloraba angustiada, Isidro hizo subir las aguas hasta el brocal, apareciendo a su borde sana y salva la criatura. La escena se representa en una de las dos capillas barrocas que flanquean el madrileño Puente de Toledo.

La nueva familia volvió a Madrid, donde Isidro entró al servició de Iván (Juan) de Vargas, que tenía su labranza al otro lado del Manzanares, donde más tarde se alzó la ermita justo en la pradera que hoy conocemos bajo la advocación del ya santo madrileño. Allá fue donde Isidro, por segunda vez, hendió una peña con su vara de gavilanes para buscar el agua, y donde el señor de Vargas sorprendió a los ángeles –hechos todos unos gañanes– arando con bueyes blancos mientras el santo oraba.

El cuerpo de San Isidro, verdadero atlante de dos metros, fue enterrado en la parroquia mozárabe de San Andrés, cerca de un arroyo cuyas aguas no osaron nunca descomponer los restos de nuestro santo. Fue sacado de su primitivo enclave el domingo 1 de abril de 1212 y comenzó entonces un verdadero fervor popular que culminó con su ascenso a los altares en el año 1622.

Se acerca el día 15 de Mayo-festividad del Santo- vuelven las fiestas, con sus verbenas, la tradicional romería a la pradera de San Isidro, donde acuden muchos madrileños vestidos de chulapos y chulapas, y al compás del organillo bailan el típico “chotis”madrileño, se comen las famosas rosquillas (denominadas tontas y listas) churros con chocolate etc.… y beber la famosa agua del manantial de San Isidro.
Todo Madrid celebra al santo patrón en unas fiestas muy concurridas.

1 comentario:

alma dijo...

jooo pero que guapos estamos los madrileños cion nuestro trajes de chulapos jijjij,anda ahora q recuerdo ...si yo nunca me he vestido con el tipico traje madrileño ..pero si he ido a la verbena jijij eso sii que no falte ..un clavelito y una super rosquilla dl santo

alma