domingo, 30 de septiembre de 2012

Alcocero de Mola (Burgos)



 A 34 km de Burgos olvidado y prácticamente invisible este misterioso monte fue escenario de la muerte, envuelta en dudas, del general Mola
Pese a albergar uno de los más megalíticos monumentos construidos aún antes de finalizar la Guerra Civil por orden del Franco, el cerro de Alcocero pasa totalmente desapercibido si no se busca expresamente.

De hecho, resulta atípico que en su construcción, de gran tamaño y extensión, se pusiera un especial cuidado en que sólo fuera visible prácticamente desde el aire, lo que da pábulo a los que aún consideran la muerte del general_Mola como un magnicidio.

Lo cierto es que después de 75 años del accidente aéreo que tuvo como escenario este cerro, las versiones sobre el siniestro siguen siendo objeto de debate e incluso son contradictorias.

Una parte importante que mantiene abierta la teoría conspiranoica son los hechos comprobados históricamente antes y después del siniestro, así como la actitud del propio Mola con Franco, las fuerzas del bando rebelde y especialmente los alemanes.

Los datos constatados de estas difíciles e incluso enfrentadas relaciones arrancan mucho antes de su muerte, pero se las considera como piezas que, al juntarse, pudieron acabar determinando la suerte del cerebro de la insurrección militar contra el Gobierno del Frente Popular.

Durante la organización de lo que se planteó como un golpe de estado encabezado por Sanjurjo, exiliado en Portugal y que también murió al estrellarse su avión cuando regresaba a España, Mola mantuvo fuertes enfrentamientos con los Carlistas.

El motivo, plenamente comprobado históricamente, resulta insólito. Mola se negaba a que sus fuerzas combatieran bajo la bandera bicolor defendiendo que la tricolor de la República era la enseña legal de España que ondeaba en los cuarteles.
 Superar esta diferencia, además de otras exigencias de orden político también rechazadas por el general, obligó a Sanjurjo a mediar para unos acuerdos de mínimos.

Con estos precedentes comenzó la Guerra Civil y la muerte de Sanjurjo, sumado a su fracaso en la toma de Madrid, dejó a Franco como principal figura del bando rebelde y fue destinado al Frente del Norte de España.

Como militar africanista, Mola era partidario de la extrema dureza en los combates. Es más, abogaba por el exterminio del enemigo, pero un suceso le indignó profundamente.

Fue el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor nazi. Existe  constancia de su exigencia de una investigación sobre la acción contra la población vasca.

A esta postura se suma que el día antes de su muerte mantuvo un duro enfrentamiento verbal con Franco que terminó, según los testigos de la conversación, con un sonoro «¡Por ahí no paso!».

Pocas horas después, el avión con cinco ocupantes se estrellaba en Alcocero; y Mola fallecía por decapitación. Fue identificado por la cámara fotográfica que colgaba de su cuello.

Franco mostró un evidente alivio, documentado en el informe que el embajador alemán envió a Hitler, al ser informado de la muerte de Mola y agentes de su servicio de información confiscaron horas después todos los documentos del fallecido, forzando las cerraduras de su despacho.

La investigación exigida por Mola sobre el bombardeo de Guernica quedó así desactivada y en el olvido continuando la aviación nazi actuando en España.
Correo de Burgos. 

2 comentarios:

ALMA dijo...

Toooma ya y yo sin conocer la historia es muy importante dar un paseo por tu blog papi pq pones cosas superinteresantes y que nos enseñan cosas nuevas, no pares de actulizar el blog...

besos

ALMA

Emilio Montero dijo...

No tenia ni idea, y con el pollo puesto en el monumento, la leche!!