viernes, 22 de octubre de 2010

Anécdotas de la mili


Cuando hice la mili en (Burgos) hace ya muchos años, se pasaban ratos muy divertidos y otros que no eran tantos, contare alguno de ellos:

En el pabellón donde yo dormía paso un caso curioso, cuando ibas a dormir éramos unos 120, las camas eran literas, y siempre faltaban 4 o cinco colchonetas para dormir, los que llegábamos tarde que era mi caso (porque tenia un permiso especial para salir a la calle después de pasar lista) llegaba a mi cama y no tenia la colchoneta, tenia que buscar una si había libre o quitársela a otro de los dormilones, todos los días había broncas. Un día el teniente se presento con cara de muy buenos amigos y nos dijo, vamos a ver que pasa aquí, esto lo arreglo yo en un periquete. Sargento tome nota de quien no tiene colchoneta, ¡yo¡ mi sargento, ¡yo¡ también, así hasta cuatro, vengan conmigo nos saco al patio y nos tuvieron toda la noche hasta que se toco diana a las 6 de la mañana, problema resuelto, no hubo mas quejas, cada uno nos las arreglamos como pudimos.

Cuando se pasaba lista a las 8 de la tarde, siempre faltaba alguno, pero lo curioso era que los compañeros contestábamos por otro que ese día no estaba, normalmente esto lo sabían pero lo pasaban por alto. Un día un sargento que quería hacerse el listo o quería aparentar que tenía autoridad, la semana que le toco pasar lista lo primero que decía es al sargento Gutiérrez no se la pega nadie. Cabo pase lista, pasaba lista y todos contestábamos por el segundo apellido, todo correcto, el sargento, cuente al personal, si habíamos contestado 115 al contarnos físicamente solo había 95, cabo pase otra vez lista y esta vez cuando contesten que vayan pasando por delante de mi y siempre caía en la misma trampa. Nos pasábamos dos horas con el mismo rollo y al final tenia que romper filas porque la situación no se solucionaba.

Dentro del cuartel había varios batallones, algunos hacíamos marchas por la noche y otros no, y esto molestaba, que unos se quedaban durmiendo en el cuartel y otros teníamos que salir, los que teníamos un permiso especial para salir a la calle de paisano, nos poníamos la ropa de militar encima y cuando pasábamos por un parque llamado la quinta nos escondíamos entre los árboles, nos quitábamos la ropa de militar nos quedábamos de paisano para no llamar la atención y regresábamos a dormir.Un día alguien se chivo o cuando pasaban lista comprobaron que faltaban alguno, se nos fastidio el chollo, un día al regresar al cuartel sobre las cuatro de la mañana se adelanto el Sargento al dormitorio y nos cazo a los que estábamos allí durmiendo, resultado arrestados todos.

3 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Jajaja qué bueno. Estas anécdotass son geniales.

ALMA dijo...

jijij m encanta leer este tipo de entradas como m he reido y q bien lo pasasteis jijij

besos

ALMA

Emilio Montero dijo...

Vamos no me jodas, que historias Jose.
Pero vamos a ver que nos tienes engañados a todos pensando que eras serio, sin saltarte las reglas CABRONAZO!

La madre que te trajo, anda que...

Así que durmiendo en el patio verdad, GOLFO?
Cuando te vea toco diana CHAVAL!

Besotes