jueves, 29 de abril de 2010

Recuperada en Salas de los Infantes una gran huella de dinosaurio.


Una intervención conjunta del Museo de Dinosaurios salense y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León ha permitido la recuperación de una gran huella de dinosaurio que corría peligro de destrucción por factores climatológicos y por expolio.
Se trata del molde de una huella de dinosaurio Iguanodóntido de hace unos 135 millones de años.
Este tipo de réplicas se origina cuando el dinosaurio pisa en un suelo muy blando de barro arcilloso; el hueco formado se rellena posteriormente de una capa de otro tipo de sedimento, en este caso, arenas. Al enterrarse las dos capas por otras más que se depositan encima, los sedimentos sueltos se compactan y cementan, convirtiéndose en rocas: arcilla y arenisca. Cuando mucho más tarde la erosión deja al descubierto el yacimiento de huellas, la arcilla desaparece por la acción del agua, pues es relativamente blanda y poco cohesionada; sin embargo la arenisca soporta mucho mejor el desgaste erosivo, por lo que de la huella original permanece un contramolde o réplica natural.

Hay más casos de aparición de este tipo de fósiles en la comarca serrana, que se exponen en el Museo de Dinosaurios salense. Pero la huella ahora recuperada destaca por su tamaño 65 cm de largo por otros 65 cm de ancho. Sus características son: dedos cortos y grueso, redondeados; un área plantar muy amplia; talón o zona posterior ancha y redondeada. Esta morfología permite identificarla como la huella de un dinosaurio Iguanodóntido, un herbívoro muy frecuente en Europa durante el Cretácico inicial, hace 135 millones de años.

La huella se exhibirá próximamente en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

2 comentarios:

ALMA dijo...

Toma ya sería de lo mas interesante ir hasta salas para poder ver la huella ..mooola, q pena no tener dinosaurios en nuestra época jiij a más d uno le daría un yuyu.


BESOS

ALMA

Emilio Montero dijo...

Que caña y mira que nunca pensaria que fuese una huella, seguro que la veo y ni me doy cuenta.

Emilio