Un cómodo sendero para todas las edades acerca la historia
volcánica de Tenerife y ofrece una experiencia para los sentidos, en la que los
mudos protagonistas son los dos picos de Canarias que sobrepasan los 3.000
metros de altitud.
El sendero al mirador del Pico Viejo del Teide es una de las
formas más accesibles y cómodas de acercarse a la historia de la formación de
Tenerife y vivir una experiencia de sensaciones que empiezan en el Parque
Natural de la Corona Forestal. Una mezcla de verdes, marrones y olores,
antesala del paisaje de otro mundo, desnudo y pincelado con ocres y grises de
los diferentes capítulos de erupciones que ha vivido la isla.
El sendero al Pico Viejo (sendero número 12) es de acceso
libre. La forma más cómoda de disfrutarlo, y el resto de senderos que rodean al
Teide es realizar un corto viaje en Teleférico que permite salvar el gran
desnivel que representa llegar a 3.000 metros de altitud.
Tras bajar del Teleférico, y antes de iniciar el camino, de
solo 751 metros de longitud, es conveniente realizar una pequeña parada, no
solo para disfrutar del espectacular paisaje, sino también para aclimatarse a
la presión de 0,7 atmósferas en las que no se respira igual.
El trayecto es intenso en sensaciones y paisajes. El olor a
azufre al comienzo del sendero junto a una estación de medición recuerda a los
visitantes que se está pisando un volcán activo, morada de Guayota. Esta deidad
maligna había encerrado a Magec, el dios sol, sumiendo el mundo en oscuridad.
Los aborígenes rogaron al dios supremo Achamán que les ayudase. Y lo hizo,
liberando a Magec. Una historia mitológica que explica, en términos aborígenes,
las fases de una erupción.
A unos pocos metros, al margen derecho y con un
característico color azufrado, se aprecia el lugar en el que se ven fumarolas
cuando las temperaturas son bajas.
Antes de los guanches, del Teide y el Pico Viejo existía un
volcán todavía mayor del que solo quedan sus restos en forma de un anfiteatro
natural que apenas nos deja imaginar el colosal tamaño que tuvo este edificio
volcánico. Unos montes se despliegan majestuosos a lo lejos, a la izquierda.
Buen momento para maravillarse y descansar.
A medida que se avanza tras cesar los selfies y las
explicaciones de los guías, en ocasiones se produce un mágico silencio que
desaparece suavemente con el susurro del viento. Compañero durante todo el
camino recuerda el excepcional y único paisaje que se está disfrutando en uno
de los puntos más altos de España. No es el único compañero. En función de la
época del año, quizás se cuele junto al viento el peculiar zumbido de
abejorros, avispas y otros insectos aparentemente indiferentes al espectacular
paisaje.
Tras un par de curvas el sendero tiene su colofón en el
mirador de la Montaña Chaorra, el Pico Viejo, que ofrece un espectacular cráter
volcánico de 800 metros de diámetro.
Disfrutar del sendero con un guía oficial permite conocer en
detalle detalles como la formación del anfiteatro de Las Cañadas del Teide,
cuando aún no existían ni el Pico Viejo ni el Teide.
Visitar el Pico Viejo es una experiencia que varía según la
época del año. Con bajas temperaturas se pueden apreciar fumarolas en esta
zona, que tiene casi al alcance de la mano el pico del Teide.
Antes de volver merece la pena tomarse un descanso y
deleitarse, una vez más, en el mirador de la estación superior del Teleférico
que ofrece unas sensacionales vistas del efecto de cada erupción.
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