La Puerta de Toledo ha tenido una historia agitada por los
vaivenes políticos, desde que José Bonaparte, el rey intruso, ordenara su
construcción en 1813. El hermano de Napoleón quería levantar este monumento
para conmemorar su llegada al trono de España en 1808. Bajo las primeras
piedras de esta puerta se enterró una caja de plomo con monedas de José I, la
Constitución de Bayona, calendarios y otros documentos. Sin embargo, con su
precipitada salida de Madrid en 1813, por las derrotas de su ejército, la
construcción de la Puerta de Toledo pasó a manos del Ayuntamiento de Madrid. Lo
primero que hicieron los madrileños fue desenterrar aquella caja y sustituirla
por otra que contenía la Constitución de 1812, calendarios de la época y
monedas de Fernando VII. El monumento cambiaba de sentido, conmemorando la
Soberanía Nacional y el triunfo frente al ejército invasor.
El fin de la Guerra de la Independencia devolvió el trono a
Fernando VII, entonces llamado ‘el Deseado’. En cuanto se instaló en su puesto,
en 1814, el rey abolió la Constitución de 1812 y se olvidó de los ideales de la
pasada guerra, pero no se olvidó de desenterrar aquella caja y sacar de ella el
texto constitucional.
En 1820, tras el alzamiento del general Riego, que obligó a
Fernando VII a jurar la constitución de 1812, se depositó una caja dentro del
arco de la puerta, que entonces se estaba construyendo, con textos
constitucionales y un ejemplar de la Gaceta de Madrid, que era el Boletín
Oficial del Estado, que publicó la jura de la Constitución por Fernando VII. Luego,
en 1823, tras el Trienio Liberal y la vuelta al poder absoluto de Fernando VII,
se extrajeron de la caja aquellos documentos y en su lugar se pusieron los
decretos que derogaban los textos constitucionales.
Cuando se inauguró la Puerta de Toledo en 1827, se colocó en
ella una inscripción que decía en letras de bronce: “A Fernando VII, el
deseado, padre de la patria, restituido a sus pueblos, exterminada la usurpación
francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagró este monumento de fidelidad, de
triunfo, de alegría. Año de 1827”. Esta inscripción fue desclavada parcialmente
durante la revolución de 1854, ‘La Vicalvarada’, y el resto se arrancó durante la de 1868,’ la
Gloriosa’.
La Puerta de Toledo, diseñada por el arquitecto mayor
Antonio Aguado, era la antigua entrada y salida del camino de Andalucía y de
Toledo. Es, junto con la Puerta de Alcalá, las dos únicas puertas históricas
que se conservan en Madrid. Esta mole de granito está formada por un arco de
medio punto y dos puertas menores adinteladas a sus lados. Con su ornamentación
incluida, se eleva 26 metros sobre el terreno y un ancho de 16,5 metros.
El arco tiene 11 metros de altura y casi 5 de ancho y las
puertas laterales seis metros y medio de altura y tres de ancho cada una. En la
fachada que mira al río Manzanares el arco está flanqueado por dos columnas de
estilo jónico apoyadas sobre pilastras. Por encima, un ático adornado con un
grupo escultórico que representa a España y las Artes. Sobre los vanos
laterales y a ambos lados del ático se alzan otros dos grupos de esculturas. En
la fachada ‘interior’, la que mira hacia
El Rastro, el arco está coronado por el escudo de armas de la villa sostenido
por dos genios, y sobre las puertas adinteladas hay esculturas de trofeos
militares. Los grupos escultóricos fueron diseñados por José Ginés y esculpidos
por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra.
Paso de ganado al matadero
Desde el siglo XVII, la Puerta de Toledo era el paso
habitual del ganado que llegaba a Madrid con destino a los mataderos que
tradicionalmente estuvieron instalados en el sur de la ciudad. Al lado de esta
puerta estaba, hasta el siglo XIX, el matadero de la Puerta de Toledo, y muy
cerca el matadero del Rastro, en la actual plaza del General Vara del Rey. Por
ello, en esta zona eran habituales las curtidurías o tenerías y los talleres de
marroquinería, además de numerosas carnicerías.
Cosasdelosmadriles.
2 comentarios:
Madre mía, qué vaivén ha tenido la Puerta de Toledo. Eso sí, por lo que leo entre tantas idas y venidas desaparecieron las monedas de la caja del arco. Muy interesante la entrada. Un beso.
Hola, te agradecería que al final del texto, donde indicas Cosasdelosmadriles, llevara un enlace hacia el blog de donde se ha copiado el texto o al menos indicar Fuente: Cosas de los Madriles. Gracias.
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