Diez años después de que la estación de esquí Valle del Sol cerrara sus puertas, Pineda sigue sacando partido a la nieve al convertirse en invierno en el mejor sostén económico del pueblo.
Pineda de la Sierra lleva décadas unida a un fenómeno
meteorológico, el de la nieve. Desde que en los años 70 abriera sus puertas la
estación de esquí Valle del Sol, vecinos del pueblo y la comarca han acomodado
sus vidas y sus negocios a una forma de vida estacional que ha reportado a la
comarca mucha riqueza. Hace una década la estación de esquí cerró sus puertas
lastrando los sueños de algunos vecinos y moldeando nuevos negocios
relacionados con la temporada invernal, porque en Pineda la nieve aún cae del
cielo y tirón no le falta.
Pese a que los telesillas ya no tienen uso alguno y las
pistas no están controladas por nadie, cientos de personas aprovechan el
temporal para pasar un día de nieve gratis. La mayor parte son vecinos de la
capital burgalesa que no dudan en recorrer los 50 kilómetros que separan la
urbe de esta población de apenas 95 habitantes. «Los fines de semana de estos
meses del año la población se triplica por la nieve», destaca en declaraciones
a Ical el alcalde, Santiago Rojo, quien valora una presencia de turistas que
recuerda a los tiempos en los que la estación de esquí aún estaba en activo.
«Cuando estaba la estación el pueblo estaba muy bien, eran más
de dieciséis personas las que trabajaban en la estación y cientos y cientos los
que venían hasta el pueblo. No había nada más que ver cómo estaba la cosa de
coches», recuerda el primer edil con un cierto aire de nostalgia.
La falta de nieve y el deseo de los amantes de esquí de
buscar otros horizontes más lejanos en los que practicar este deporte de
invierno fueron, en parte, los causantes de la decadencia de una pequeña estación
que abría sus puertas tres meses al año y era muy querida entre los burgaleses.
«Todos los que aprendieron a esquiar hace unos años lo hicieron en Pineda»,
resalta Rojo.
Lejos de perder la oportunidad tras el cierre de la estación,
los vecinos de Pineda de la Sierra han podido mantener sus negocios gracias a
que la nieve aún es el principal activo económico del pueblo. Prueba de ello es
que en los últimos años se han creado varios alojamientos rurales y se han
mantenido los dos restaurantes, lo que contribuye a sostener nuevos empleos. Asimismo,
el albergue creado a pie de pista de la vieja estación «se llena» todos los
inviernos recibiendo a turistas de distintos puntos del mapa que disfrutan de
una estancia en una típica construcción serrana y practicar escalada en un rocódromo
anexo al albergue Valle del Sol.
Una larga cola de vehículos al lado de la carretera que
conduce desde Pineda de la Sierra hasta la estación de esquí da cuenta del
volumen de visitantes que acuden cada fin de semana para disfrutar de una
jornada de nieve ‘low cost’. «Venimos aquí porque a los niños les encanta y no
hay que pagar. Cogen un trineo y pueden pasarse horas y horas tirándose por la
pendiente», declara Teo, vecino de una localidad cercana que ha decidido pasar
el día con su familia aquí.
Como Teo son muchos los que conducen hasta la estación
arriesgándose a no poder aparcar. «Hemos tenido que venir andando en cuesta
durante un kilómetro con los niños porque hay tantas personas que no caben más
coches en el parking», precisó una vecina de la capital, que teme que el
comedor del restaurante «esté tan lleno» que tengan que volverse al pueblo par
comer algo. «No me esperaba tanta gente», añadió.
El albergue Valle del Sol llena sus instalaciones todos los
fines de semana de enero y febrero. Los 30 o 40 centímetros de nieve que hay en
las pistas de esquí son en parte responsables de la buena marcha del
establecimiento hostelero que da trabajo a una decena de personas y permite que
los visitantes puedan hacer una parada para almorzar un buen pincho de morcilla
o tomarse un café calentito. Toda una ayuda cuando de calentar el cuerpo se
trata. Asimismo, el pueblo dispone de dos restaurantes que notan el «lleno» del
albergue y hacen caja durante los meses más fríos del año.
Valle del Sol. La estación de esquí Valle del Sol abrió sus
puertas en 1975. Tras años de espera, las autoridades inauguraron una pista que
se definía en la prensa local como un espacio ‘moderno’ y con el máximo confort
ubicada en la Sierra Mencilla, a tres kilómetros del pueblo.
Pequeña pero coqueta, la estación contaba con tres remontes
y un albergue de montaña con cafetería, restaurante y una zona de alquiler de
esquís y botas, que ahora ha quedado relegada a un trastero con utensilios
pasados de moda. Con más de tres décadas, el albergue se mantiene activo con 86
plazas. «Venimos todos los años con los niños y nos quedamos el fin de semana. Primero
porque la zona es magnífica para ellos y segundo porque los precios están muy
bien», confesó en declaraciones a Ical una de las usuarias del albergue. «Ya no
es lo que era, pero nos sigue gustando. Hace años esta zona estaba llena de
esquís y los telesillas funcionaban», declaró nostálgica.
Con una cota mínima de 1.500 metros y una máxima de 1.820,
la estación burgalesa contaba con 15 kilómetros de superficie esquiable, dos
arrastres y un telecuerda. Sus humildes características no fueron impedimento
para que centenares de personas pasaran durante los meses de invierno por la
conocida como ‘la estación de Pineda’. Un espacio que cerró sus puertas en el año
2002 de forma temporal y definitivamente en el año 2005.
Reabrir la estación. El alcalde de Pineda de la Sierra
pretende desde hace años dar forma a un proyecto de reapertura de la estación,
otrora en funcionamiento y ahora abandonada. El primer intento lo presentó pocos
meses después de que Valle del Sol dejase de funcionar. Fue en 2005 cuando Rojo
confirmó ante los medios que el Ayuntamiento trabajaba en un proyecto para
revitalizar la estación de esquí. El objetivo en aquel momento era poner en
marcha “un parque de nieve” que dinamizara a toda la comarca. Nada se supo de
aquello.
«Hemos intentando en dos ocasiones poner la estación en
marcha y no ha sido posible. Ahora estamos trabajando en un proyecto definitivo
para reabrir la estación y creemos que a la tercera irá la vencida», avanzó Rojo.
Fuente: Diario de Burgos.
1 comentario:
Impresionante entrada, la verdad que el valle del sol es un paraíso...que envidia los que están cerca y lo pueden disfrutar...
Gracias papi por la entrada tan bella , que me hace recordar muchas vivencias...
Besos Alma
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