Un lustro lleva Jaramillo de la Fuente (Burgos) dando cobijo al árbol
de la provincia, a esa encina que es de todos. Ayer era su cumpleaños y como no
podía ser de otra forma se la engalanó para hacer una fiesta a la altura de las
circunstancias. Hace ya cinco años concluía un sueño de la mejor manera
posible, haciéndose realidad. El escritor, etnógrafo e investigador Elías Rubio
logró plantar a los pies de la «portentosa iglesia románica», como él mismo la
describe, de la localidad una encina cuyas raíces están arropadas por tierra
procedente de los 1.233 pueblos de la provincia de Burgos.
Tras dos cosechas de bellotas, este singular vecino cumple
cinco años y para celebrarlo, Elías Rubio inauguró ayer una exposición en el
Centro de Usos Múltiples del municipio. La muestra consta de 40 fotografías de
los árboles más viejos de toda la provincia que se estrena con carácter
permanente para acompañar al descendiente que crece en Jaramillo.
Tras la tradicional misa celebrada con motivo de la fiesta
del pueblo, se cantó al árbol engalanado el ‘Feliz en tu día’ y después quedó
inaugurada la exposición de los árboles más ancianos de la provincia. Como en
todo buen cumpleaños no faltó la comida y tras estos actos llegó el turno del
banquete colectivo.
Junto al mapa elaborado hace cinco años con la tierra de
todos los pueblos de la provincia burgalesa, ahí está ubicada esta exposición y
para su autor no hay mejor emplazamiento. Como referente tomó el libro Árboles
singulares de la provincia de Burgos. Historias, leyendas y tradiciones
populares, de su amigo César-Javier Palacios. Con el libro como apoyo, Elías
Rubio ha recorrido la provincia buscando estas joyas de la naturaleza para
fotografiarlas. Un trabajo que le ha llevado el último medio año. Su pasión por
la naturaleza y su amor por los árboles son los motivos que le han empujado a
plasmar está afición.
En la muestra destacan las fotografías de los ancianos
castaños de Sotoscueva, los robles de más de 500 años, los olmos, secos todos,
de la provincia con troncos inmensos, las denominadas olmas, y los morales que
parecen árboles milenarios. Son estos los que más abundan porque, como nos
explica el autor de la exposición, al construir las iglesias románicas se
plantaban junto a ellas estos árboles. Esto sucedía en la zona de La Bureba, ya
que por la Sierra eran olmos lo que se plantaba al lado de las iglesias. «De
los parques las olmedas son las buenas arboledas» decía Antonio Machado en uno
de sus poemas pero por desgracia estos árboles ya no reverdecen. La encina de
la provincia, el árbol de todos los burgaleses, se encuentra plantado desde
hace cinco años donde antiguamente crecía una olma y ahí seguirá para celebrar
muchos cumpleaños más.
Fuente:Diario de Burgos.
1 comentario:
Buena información...
Besos
Alma
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