domingo, 20 de julio de 2014

Un vecino de cinco años


Un lustro lleva Jaramillo de la Fuente  (Burgos) dando cobijo al árbol de la provincia, a esa encina que es de todos. Ayer era su cumpleaños y como no podía ser de otra forma se la engalanó para hacer una fiesta a la altura de las circunstancias. Hace ya cinco años concluía un sueño de la mejor manera posible, haciéndose realidad. El escritor, etnógrafo e investigador Elías Rubio logró plantar a los pies de la «portentosa iglesia románica», como él mismo la describe, de la localidad una encina cuyas raíces están arropadas por tierra procedente de los 1.233 pueblos de la provincia de Burgos.
Tras dos cosechas de bellotas, este singular vecino cumple cinco años y para celebrarlo, Elías Rubio inauguró ayer una exposición en el Centro de Usos Múltiples del municipio. La muestra consta de 40 fotografías de los árboles más viejos de toda la provincia que se estrena con carácter permanente para acompañar al descendiente que crece en Jaramillo.
Tras la tradicional misa celebrada con motivo de la fiesta del pueblo, se cantó al árbol engalanado el ‘Feliz en tu día’ y después quedó inaugurada la exposición de los árboles más ancianos de la provincia. Como en todo buen cumpleaños no faltó la comida y tras estos actos llegó el turno del banquete colectivo.

Junto al mapa elaborado hace cinco años con la tierra de todos los pueblos de la provincia burgalesa, ahí está ubicada esta exposición y para su autor no hay mejor emplazamiento. Como referente tomó el libro Árboles singulares de la provincia de Burgos. Historias, leyendas y tradiciones populares, de su amigo César-Javier Palacios. Con el libro como apoyo, Elías Rubio ha recorrido la provincia buscando estas joyas de la naturaleza para fotografiarlas. Un trabajo que le ha llevado el último medio año. Su pasión por la naturaleza y su amor por los árboles son los motivos que le han empujado a plasmar está afición.
En la muestra destacan las fotografías de los ancianos castaños de Sotoscueva, los robles de más de 500 años, los olmos, secos todos, de la provincia con troncos inmensos, las denominadas olmas, y los morales que parecen árboles milenarios. Son estos los que más abundan porque, como nos explica el autor de la exposición, al construir las iglesias románicas se plantaban junto a ellas estos árboles. Esto sucedía en la zona de La Bureba, ya que por la Sierra eran olmos lo que se plantaba al lado de las iglesias. «De los parques las olmedas son las buenas arboledas» decía Antonio Machado en uno de sus poemas pero por desgracia estos árboles ya no reverdecen. La encina de la provincia, el árbol de todos los burgaleses, se encuentra plantado desde hace cinco años donde antiguamente crecía una olma y ahí seguirá para celebrar muchos cumpleaños más.

Fuente:Diario de Burgos.

1 comentario:

Alma dijo...

Buena información...

Besos
Alma