miércoles, 5 de febrero de 2014

Un toro la lía parda en el Museo del Prado


Sólo hay algo más imposible que meter un elefante en una cacharrería sin romper una taza. Meter un toro bravo en el Museo del Prado y ponerlo a dialogar con Rubens y su rapto de Europa. Posar un gorrión albino junto a las Meninas de Velázquez, enfrentar un águila real a la escultura broncínea del emperador Carlos V, colar una serpiente entre el Adán y Eva de Durero, plantar dos sapos bajo el aquelarre de Goya, sobrevolar el esqueleto de un delfín entre marmóreas divinidades griegas.
El artista Miguel Ángel Blanco ha sido capaz de eso y de mucho más con sus increíbles Historias Naturales, que hasta el 27 de abril pueden disfrutarse en nuestra más importante pinacoteca nacional.
He tenido la oportunidad de visitar la muestra de la mano de su autor, un “hombre-bosque” con quien me une una estrecha amistad. A su lado, lo que para mi formación como historiador del Arte se me presentaba una herejía, como naturalista he quedado fascinado pues la naturaleza salta de los lienzos y grita.
Sus 22 intervenciones junto algunas de las pinturas señeras de la Humanidad no sólo no las distorsionan, sino que funcionan como excepcionales herramientas educativas. Por ejemplo, ¿qué pinta ese gorrión blanco junto a la obra cumbre de la pintura? Blanco lo justifica así:
“Una rara avis, el pájaro, dialoga con otra rara avis, Velázquez, y ambas sacan pecho ante la atenta mirada de los galgos del cercano cuadro del Príncipe Baltasar”.
Y vaya si se miran. Ambos espíritus se han cruzado.
La exposición recuerda que el primer destino del hoy Museo del Prado fue Real Gabinete de Historia Natural, algo que nunca llegó a ser. Y recupera el espíritu de los antiguos Gabinetes de Maravillas. Pero sobre todo nos enseña a descubrir la naturaleza en el arte y el arte en la naturaleza.
No se la pierdan. Incluso podrán escuchar los cantos de las aves escapadas de las pinturas.

Fuente: La Crónica Verde 

2 comentarios:

ALMA dijo...

Moola, sin duda me pasare a verlo, anda que meter un toro de lidia en el prado es cuanto menos curioso y difícil jijij.

besos

ALMA

Mario dijo...

Soy de ir a ver cuanta exposición puedo y por eso me gusta conocer el trabajo de los artistas. Como tengo la posibilidad de viajar mucho veo diversas exposiciones en todo el mundo. Ahora pude comprar pasajes miami y espero que hayan buenos museos allí