Era un modo de decidir sobre la culpabilidad o la inocencia, sobre todo en los siglos XIV y XV. En los juicios –principalmente de brujería y herejía, en los lugares donde no había una autoridad judicial central– el acusado era sometido a una prueba que normalmente conllevaba el uso del fuego y cierto nivel de dolor.
Dependiendo de lo que
tardasen en curar las heridas se consideraba si Dios estaba de parte del
acusado y se dictaba sentencia. Una prueba bastante común era hacer sostener
metal incandescente con las palmas de las manos y decidir en virtud al tiempo
que tardaban en sanar las llagas.
2 comentarios:
Toma yaa, no sabia el origen y lo que era una prueba de fuego, aunque no creo que fuera muy justo el juicio jij valorar tu inocencia o culpabilidad por como cura una herida joooo
besos
ALMA
MUY INTERESANTE PAPI, SIGUE INFORMÁNDONOS ASÍ MOOOOOLA
Es que somos mas brutos que nadie, señor señor
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