Hay fobias para todo, especialmente para los animales (zoofobia). Entomofobia (miedo a los insectos) y aún más específicas, aracnofobia (miedo a las arañas) o mirmecofobia (miedo a las hormigas). También existe la ofidiofobia (miedo a las serpientes) e incluso la alektorofobia (miedo a las gallinas) o la ictiofobia (miedo a los peces).
Ornitólogo apasionado, conocí una vez una chica que sentía terror por las aves. Pensé que era una extraña forma de ligar, pero cuando le enseñé los restos de un pajarito muerto casi se tira por la ventana presa del pánico. Obviamente, no llegamos a nada.
Sin embargo, una cosa son las fobias y otra las manías o el supuesto asco hacia los animales. ¿Será lo mismo? Pienso que no.
Para muchos es tan sólo un problema de belleza. Los animales feos como las babosas no nos gustan, pero los bonitos como los koalas nos parecen maravillosos. En otros casos es un problema de colores. Los cuervos, tan negros ellos, son repudiados por la mayoría, mientras que las palomas, mucho más dañinas para el campo y los monumentos, tienen el aprecio generalizado del respetable por eso de su inmaculada librea.
Y así llegamos a donde siempre acabamos: falta educación. Por encima de fobias y filias, en la naturaleza nada es superfluo. Incluso moscas, cucarachas y ratas tienen una importante utilidad ecológica. Cuando odiamos a estos seres aparentemente poco agraciados sin más justificación que la de nuestros gustos personales, el problema es nuestro, no de ellos. ¿No os parece?
F: crónica verde.
2 comentarios:
o que es una reflexión muy acertad, pero ami particularmente odio a las palomas, y reconozco que nos es pánico es sólo repulsión jijiji, que razón tiene la entrada mooooola.
PAPI, sigue así me encanta lo que nos enseñas..
besos
ALMA
Muchacho es que las cucarachas... Es un asquito.
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