Fue un judío converso al cristianismo ya que, según su propio relato escrito, apareció un crucifijo sobre las ropas de los judíos que se congregaron en las sinagogas de Castilla para celebrar la expectación del Mesías en 1295. A partir de este momento tomó el nombre de Alfonso el Burgalés, y obtuvo el empleo de sacristán de la catedral de Burgos.
Profesando todavía la religión judía compuso una obra sobre la concordancia de las leyes, y glosó los comentarios de Aben Ezra sobre los diez preceptos de la ley; después de su conversión escribió en hebreo una refutación de la obra que el rabino Quinchi había dirigido contra los cristianos, con el título de Milchamoth Hasem (Las Guerras del Señor), y a instancias de la infanta Doña Blanca, señora de Huelgas, tradujo su refutación al español.
Escribió también obras de medicina, como el Tratado de la Peste, impreso en Córdoba en 1551.
Alfonso, o Abner que era su nombre real, murió por los años 1346, después de haberse distinguido por su celo a favor de la religión cristiana tras su anterior conversión
Fuente: Burgospedia
2 comentarios:
Toma ya otro burgalés ilustre moooola, estas entradas hace que me guste el blog, pq son noticias muy interesantes y poco conocidas..
besos..nunca dejes de ilustrarnos papi..
Pá fliparlo!
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