La idea de que los avestruces entierran la cabeza cuando se sienten amenazados procede del naturalista romano Plinio el Viejo, hace unos 2.000 años
«Esconder la cabeza en la tierra» es un modismo que significa evitar o ignorar una situación difícil. Durante siglos, la gente ha afirmado que, ante el peligro, los avestruces (especie Struthio) meten la cabeza en la arena para esconderse. Esta vívida imagen dio lugar a la popular frase «esconder la cabeza en la tierra» para describir cuando alguien se niega a afrontar sus problemas de frente.
Esta creencia sobre los avestruces puede haber sido creada por el naturalista romano Plinio el Viejo, también conocido como Gaius Plinius Secundus, que completó una de las primeras colecciones de enciclopedias. En el libro 10 de «La Historia Natural», describe a un avestruz que esconde la cabeza entre los arbustos para parecer invisible.
«Tienen la maravillosa propiedad de poder digerir todas las
sustancias sin distinción, pero su estupidez no es menos notable, pues aunque
el resto de su cuerpo es tan grande, se imaginan, cuando han metido la cabeza y
el cuello en un arbusto, que todo el cuerpo está oculto», escribió, según una
traducción del texto.
Pero, ¿realmente entierran la cabeza los avestruces? No, no
lo hacen, pero a veces parece que sí. Los avestruces se encuentran en África y
viven en diversos hábitats, como praderas, sabanas y desiertos. Son las aves
más grandes del mundo, pesan hasta 130 kilos y pueden llegar a medir 2,7
metros. Sin embargo, sus cabezas son relativamente pequeñas y tienen algunos
comportamientos que, desde lejos, pueden parecer que están enterrando la
cabeza.
En resumen, el mito de que esconden la cabeza en la tierra
probablemente nació de una observación incompleta de su comportamiento, pero
carece de base científica.
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