La calle del 7 de Julio, entre la calle Mayor y la plaza
Mayor, debe su nombre al día 7 de julio de 1822, fecha de la batalla en Madrid
por la defensa de la Constitución de 1812, llamada popularmente ‘La Pepa’. Aquella
jornada se produjo un duro enfrentamiento entre la Milicia Nacional, defensora
del orden constitucional, y la Guardia Real, defensora de la vuelta al régimen
absolutista de Fernando VII. Dos años antes, el rey se había visto obligado a
jurar la Constitución, tras el alzamiento del general Rafael de Riego y otros
militares, iniciándose el Trienio Liberal.
La madrugada del 7 de Julio de 1822, cuatro batallones de
guardias reales, que unos días antes se habían acuartelado en el Real Sitio del
Pardo, marcharon sobre Madrid para proclamar el absolutismo de Fernando VII. La
Milicia Nacional tomó posiciones y tuvo lugar una refriega, con artillería
incluida, entre la calle Mayor y la Puerta del Sol, que entonces era una pequeña
plaza rectangular. Los milicianos, dirigidos por el general Ballesteros,
consiguieron desalojar a los sublevados. Hacia las 4 de la tarde, dominados ya
los guardias reales, la Milicia estaba encargada de vigilar la entrega de armas
pero, rompiendo el acuerdo, los sublevados abrieron fuego sobre los milicianos,
iniciándose un tiroteo. Los sublevados huyeron en desbandada hacia la Casa de
Campo, donde luego murieron acuchillados por sus compañeros de caballería de la
Guardia Real. Fernando VII trataba de alejar la sombra de la duda sobre su
intervención en la conspiración contra el Gobierno constitucional.
En aquella época, la calle 7 de Julio no tenía todavía el
arco de acceso a la Plaza Mayor, sino que era una calle abierta. El arco, sobre
el que hoy luce la placa conmemorativa dedicada a los héroes del 7 de julio, se
añadió en la época de Isabel II.
La alegría por la defensa constitucional duró poco, ya que
menos de un año después, en mayo de 1823, Madrid era ocupado por el ejército
francés (los Cien Mil Hijos de San Luis), dirigido por el duque de Angulema,
para devolver a Fernando VII el poder absoluto. Se inició un periodo de feroz
represión contra los liberales, entre muchos otros el general Riego, que fue
ahorcado en la plaza de la Cebada y su cuerpo descapitado por orden del rey.
Calle de la Amargura
La calle 7 de Julio se llamaba antes calle de la Amargura, y
el origen de su nombre tiene varias versiones. Unos dicen que, en esta corta
calle, los que iban a morir ajusticiados en la Plaza Mayor se despedían de sus
familiares, con escenas conmovedoras, y por ello tenía aquel nombre.
Otros señalan que el noble madrileño Francisco Luján tenía
una casa de campo en el arrabal de Santa
Cruz, saliendo por la puerta de Guadalajara, que estaba a mitad de la calle Mayor. Cerca de su casa había una
laguna y a su alrededor crecían unas hierbas muy amargas, por lo que a la calle
se la llamó luego de la Amargura.
Otra versión cuenta que cuando Alfonso XI sitió a los moros
de Algeciras, desde Madrid salieron tropas para ayudarle en la batalla, y que a
las mujeres que salieron a despedir a sus maridos, hijos y hermanos no se les
permitió pasar más allá de la laguna que por allí existía. El arzobispo de
Toledo, que les dirigía, gritó: ¡Este es el sitio de la amargura! El recuerdo
de este trance en la memoria popular sería el origen del nombre de la antigua
calle de la Amargura
Cosasdelosmadriles.
1 comentario:
Hola, te agradecería que al final del texto, donde indicas Cosasdelosmadriles, llevara un enlace hacia el blog de donde se ha copiado el texto o al menos indicar Fuente: Cosas de los Madriles. Gracias.
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