Han pasado tres años desde la plantación (en marzo fue su
cumpleaños) y el Árbol de la Provincia sigue creciendo bajo los ritmos serranos
de Jaramillo de la Fuente. Su tercera producción de bellotas viene abundante y
con fuerza este año, cada fruto debe llevar ya una parte sabia de cada pueblo
burgalés y eso se nota, pues no debe ser lo mismo crecer con la sangre de una
tierra que con la de un millar de tierras. Alguien dijo que tanta tierra
diferente podría originar una locura de difícil control en el árbol, se
equivocó. Alguien dijo que no era tierra de encinas, y que por ello no
arraigaría, se equivocó también. Hubo incluso quien predijo: el árbol es viejo,
pronto morirá.
Nada de eso ha sucedido, afortunadamente, días pasado le vi
lleno de vitalidad y de lozanos frutos. Pero, y aunque llegara a caer, cosa que
no permitirán los buenos vecinos de Jaramillo, que tanto le miman al pie de su
maravillosa iglesia románica, quedan ya hijos para continuar la saga. Pasarán
siglos y estará entre nosotros, el Árbol de la Provincia, que es el de todos
con la tierra de todos.
Memorias de Burgos.
2 comentarios:
Larga vida al árbol de la provincia. Besos.
COMO MOLA NO SABIA LA HISTORIA...
BESOS
ALMA
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