jueves, 17 de febrero de 2011

Cuentos e historietas

Humildad
Un hombre acudió a Wahab Imri y le pidió:
Enséñame humildad.
No puedo hacerlo —dijo Wahab— porque la humildad es una maestra en sí misma. Se aprende por medio de su propia práctica. Si no la puedes practicar, no la puedes aprender. Si no la puedes aprender, no quieres realmente practicarla dentro de ti.


¿Cuántas clases de personas hay?
El discípulo le preguntó al maestro:
¿Cuántas clases de personas hay?
Hay tres clases de personas —repuso el maestro.
Aquellas que hacen que las cosas ocurran.
Aquellas que esperan que las cosas ocurran.
Aquellas que se sorprenden por lo que ha ocurrido.
¿A qué clase perteneces tú?


Una voz tras él
Cuentan una deliciosa historieta de horror sobre un labriego que se adentró en un bosque encantado; según la gente, lo habitaban demonios que se llevaban consigo a cualquier mortal que osara entrar en él. Pero, mientras caminaba por el mismo con paso lento, el labriego pensaba:
Soy un buen hombre que nada malo he hecho. Si los demonios pueden hacerme algún daño es que no existe ninguna clase de justicia.
Y en ese momento se oyó una voz tras él que decía:
No existe.

2 comentarios:

ALMA dijo...

Impresionantes los relatos, el de la spersonas es como la vida misma y de verdad la justicia no existe, hacedme caso, cada cual ha de buscar la fórmula para ser buena persona y no buscar justicia pq no existe...
ALMA

Emilio Montero dijo...

Muy bueno, jejejjje.
Yo tengo claro el tipo de persona que soy, jejejejje, en eso no tengo duda.