SEMANA SANTA

Aranda explota en júbilo con la Resurrección y la Bajada del Ángel.
Con los nervios a flor de piel. Así aguardaba el pequeño de cinco años Álvaro Pascual Díaz la llegada del Domingo de Pascua. Y no era para menos ya que fue el encargado de protagonizar la tradicional ‘Bajada del Ángel’, un acto catalogado de Interés Turístico Regional que se vive en la capital ribereña con un especial recogimiento y fervor religiosos.
Álvaro, al igual que su hermano y sus padres pertenece a la Cofradía de Las Candelas, que es la encargada de buscar al niño o niña que cada año inspira a miles de fieles.

También es una tradición subastar el manto de la Virgen en Salas de los Infantes ocurre desde hace ya muchos años. Es una tradición que se pierde en el tiempo y que en la ciudad milenaria realizan todos los años. Entre los vecinos se subasta el velo. Así, se pujan grandes cantidades de dinero para tener el privilegio de quitarle el manto a la Virgen y subirlo hasta la iglesia. En el pasado, este acto se solía hacer por promesas personales a la Virgen.

Una de las más espectaculares y con más tradición -no en vano lleva celebrándose desde 1970- es la de Covarrubias. Como todos los años, numerosos burgaleses se acercaron hasta la villa para contemplar la escena del Santo Entierro. El hecho de que la representación culmine cuando la noche ya se ha echado encima del pueblo confiere aún más dramatismo al acto. El pueblo entero escenifica la Pasión de Jesucristo con un Vía Crucis viviente, trágico y estremecedor. Una procesión recorre las calles de la villa hasta alcanzar el paso de la crucifixión, junto al río, finalizando en la Colegiata de San Cosme y San Damián.