viernes, 9 de diciembre de 2022

Las Hormigas

 

 

Esto es lo que tienes que saber para dejar de ver a las hormigas como una amenaza

Si mañana desaparecieran las hormigas, los suelos serían menos fértiles, muchas plantas quedarían desprotegidas y numerosas especies animales perderían su principal fuente de alimento

Podemos construir rascacielos, gaseoductos, túneles de metro, autopistas de ocho carriles, modernos sistemas de alcantarillado o sincronizar los semáforos de toda la ciudad en la nube. La más puntera de las smart cities está condenada a convertirse en un páramo si carece de una tecnología que no consume energía ni materiales, que no figura en los presupuestos de cualquier concejalía de urbanismo, pero cuya complejidad y utilidad es mucho mayor que el de cualquier invento gestado en Silicon Valley: el trabajo silencioso de las hormigas.

 Estos insectos han fascinado al ser humano desde hace siglos por distintos motivos. Su prodigiosa organización social es uno de ellos, pues seguramente se trate de una de las más avanzadas dentro del reino animal, tal y como recuerda la Fundación Endesa. Otra razón es la inmensa variedad de especies: más de 13.000, es decir, el doble de variedad que de mamíferos. Lo que es imposible calcular es la cifra exacta de hormigas que hay en nuestro planeta. Sí se sabe que están presentes en todo el mundo, en ecosistemas muy distintos, y se estima que suponen el 15% de la masa de organismos vivos terrestres de la tierra. Hay un dato que da vértigo: por cada ser humano sobre el planeta hay 2,5 millones de hormigas. Es decir, estaríamos hablando de 20.000 billones de hormigas en todo el mundo, según un estudio publicado por la Universidad de Würzburg en Alemania en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

De todas sus funciones, una de las más llamativas e importantes para el medio ambiente es su labor como “ingenieras de ecosistemas”. No solo con sus túneles y galerías contribuyen a articular el subsuelo y a que circulen agua, aire y nutrientes. También aportan a la creación de estos nutrientes con sus propios desperdicios. De este modo tan ecológico producen calcio, fósforo, zinc, manganeso o hierro y ayudan a bacterias y hongos a la descomposición de la materia orgánica. Una especie de compostadora mini -del tamaño de una hormiga- y gigantesca -del tamaño del planeta- al mismo tiempo.

 La ciudad, ¿zona hostil para las hormigas?

El problema que enfrentamos ahora en las ciudades, aclara la científica, no es exactamente que estemos perdiendo poblaciones de hormigas. Hay hormigas de muchas clases y adaptadas a hábitats muy distintos: unas a zonas descubiertas, otras viven en árboles, algunas en arbustos, en zonas de césped… Si una ciudad tiene parques con una amplia variedad de microhábitats, la variedad de especies de hormigas será también amplia y cada una podrá cumplir su función.

 

1 comentario:

Emilio Montero dijo...

20.000 billones de hormigas?????
Acojonante, pero las homigas como las abejas son imprescindible para el equilibrio natural...