En el corazón de la Sierra de la Demanda, en los pies del
pico Mencilla, a más de 1.200 metros de altitud sobre el nivel del mar, se
encuentra Pineda de Sierra, un pequeño municipio situado a 50 kilómetros de la
capital burgalesa.
Las condiciones geográficas del territorio favorecieron la
consolidación de una importante estación de esquí. De esta manera, en 1975
Pineda de la Sierra abrió las puertas de la estación del Valle del Sol, que
permitía a los visitantes aunar la nieve, el deporte y la naturaleza para su
divertimento. Los burgaleses disfrutaron durante años de estas maravillosas
pistas. Sin embargo, la estación Valle del Sol lleva cerrada más de una década.
No obstante, la propia naturaleza del pueblo permite a
visitantes y pinedanos disfrutar , de forma general,- de la nieve y el entorno al menos una vez al
año.
Las aguas del arroyo de Barrancomalo dividen a este pueblo
de menos de 100 habitantes en dos barrios distintos. De este modo, en la parte derecha del pueblo se encuentran las
casas nobiliarias de piedra arenisca rojiza levantadas durante los siglos XVII
y XVIII por los ganaderos más pudientes de la villa.
Así bien, el municipio está enclavado entre valles y bosques de robles, hayas, acebos y
pinos; que dotan a la localidad de un enorme valor natural.
Pineda de la Sierra es un municipio muy rico en materia
natural, histórica y cultural. De esta forma, la villa fue declarada Conjunto
Histórico Artístico en 1982 por la Dirección General de Bellas Artes, Archivos
y Bibliotecas.
Paralelamente, en el año 2010 la Junta de Castilla y León
concedió a la localidad el título de Bien de Interés cultural (BIC) en la
categoría de conjunto histórico. Así bien, la Iglesia de San Esteban
Protomártir, fechada en el siglo XII y
con un carácter principalmente románico, es también un bien de Interés
Cultural.
La iglesia de San Esteban es una obra especialmente completa
y significativa, y constituye uno de los mayores ejemplos del arte románico
burgalés. De esta manera, destaca la naturaleza de su pórtico, de un gran valor
escultórico.
El origen de la localidad se remonta al siglo IX. Fue en ese
entonces cuando se produjeron los primeros asentamiento en el territorio. La
riqueza de sus bosques y sus pastos atrajo la atención de numerosos pobladores.
Con el paso del tiempo el municipio se convirtió en un
importante concejo por orden de Alfonso X El Sabio. En este sentido, el concejo
se constituyó con el objetivo de garantizar el paso de los rebaños por las
cañadas.
La agricultura y la ganadería fueron muy importantes para el
desarrollo económico de este pueblo. Así mismo, en el siglo XIX surgió una
intensa actividad minera que favoreció tanto el desarrollo de la economía local
como la realización de diversas infraestructuras, entre las que destaca el
ferrocarril minero construido entre Monterrubio y Villafría. y que ayudaba a
transportar de un lugar a otro las materias
extraídas de las minas.
Hoy día las vías del
ferrocarril han sido convertidas en uno de los senderos más importantes de la
Sierra de la Demanda. La famosa ‘Vía Verde de la Demanda’, un camino de más de
56 kilómetros de longitud que aglutina bajo una misma ruta a siete localidades
de la misma comarca.
Son muchas las tradiciones que ha ido sumando la localidad a
lo largo de la historia. De esta forma el ocho de septiembre la localidad
pinedana celebra sus fiestas patronales, donde se han celebrado actos muy
diversos para el disfrute de los pinedanos.
Pocos días después, el 14 de septiembre, acontece en el
pueblo la celebración de la Fiesta de la Cruz, en la que se llevan a cabo
varios actos en honor a la santa.
Tras la pandemia, los pinedanos ansían, como todos, el
regreso por completo a la normalidad. No
obstante, ofrecen su extenso patrimonio para apaciguar la espera en un entorno
rural único.
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