En apenas cuatro años 13 monjas francesas fallecieron de manera repentina en la localidad burgalesa, por lo que los vecinos siguen creyendo que fue producto del agua del antiguo balneario.
Cuenta la leyenda popular que las aguas del balneario de
Arlanzón estaban contaminadas, razón por la cual desde hacía un siglo los
vecinos del pueblo se negaban a beber de ellas. La razón se debía a un hecho
que tuvo lugar en este mismo establecimiento, donde, en apenas cuatro años
fallecieron 13 monjas salesas llegadas de Voiron (Isère).
Muchos de los vecinos de Arlanzón, convencidos de esta
máxima acerca del agua del balneario, se negaban a beber el agua que de allí
emanaba, y advertían a sus conocidos acerca de esta 'leyenda negra' que recaía
sobre la fuente, a la que culpaban de la muerte de las monjas francesas que
ocuparon el balneario en esa época.
Obligadas por el entorno anticlerical que había en Francia a
finales del siglo XIX y principios del XX, muchas comunidades religiosas
francesas se vieron forzadas a buscar refugio en otros países que les
permitiesen ejercer su religión de manera libre. Esta situación llevó en 1904 a
la congregación de religiosas salesas de La Visitación a trasladarse a la villa
de Arlanzón, y más concretamente a este antiguo balneario, donde permanecieron
hasta 1908, momento en el cual pudieron regresar a su país natal.
Sin embargo, un hecho que todavía se sigue comentando en el
pueblo burgalés es la extraña forma en la que un total de 13 hermanas salesas
fallecieron durante este período de tiempo. Los vecinos desconocían las razones
por las cuales se pudo producir este extraño suceso, por lo que, ante el miedo
de que esto pudiese expandirse por toda la villa, empezaron a dejar de consumir
este agua, y en su lugar se desplazaban hasta una fuente que se encontraba un
poco más arriba, según cuenta uno de los vecinos del pueblo, Laurentino Nieto,
que afirma que todavía hay gente en el pueblo que dice que prefiere no beber de
ese agua por si está contaminada.
En 2011, motivados por una reforma que se iba a llevar a
cabo en el ábside de la Iglesia de San Miguel, lugar donde se encontraban
ubicadas las cruces de las tumbas de estas 13 religiosas; el decano honorario
de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Benito del
Castillo, el periodista e historiador, Miguel Moreno Gallo, y el escritor e
investigador Elías Rubio, decidieron ponerse manos a la obra e investigar qué
había ocurrido realmente con estas monjas exiliadas.
Sus indagaciones les llevaron varios meses y revisar muchos
documentos, tal y como asegura Moreno Gallo, permitiéndoles conocer el motivo
de estas muertes, que posiblemente fuese una infección de salmonela. «En un
sitio cerrado además, se transmite muy rápidamente», afirma. «Tuvimos mucha
suerte, y es que el antiguo archivo municipal se había llevado a al Archivo
Histórico Provincial de Burgos, y allí mirando las defunciones, se conservaban
los partes médicos». En ellos, los tres investigadores encontraron información
relativa a las muertes de estas religiosas, «el médico cada vez que moría
alguien se hacía un parte explicando de qué había muerto», explica Moreno, «y
se guardaba junto con las actas de defunción».
Una información que quedó recogida en el Boletín de la
Institución Fernán González, bajo el título 'El exilio de las monjas de Voiron
(Isère, Francia) en Arlanzón: 13 muertes entre 1904 y 1908', en la cual los
tres autores realizaron un repaso a la historia de estas monjas, y a lo que les
sucedió. De hecho, tal y como señala Moreno, cuando se publicó, el Ayuntamiento
de Arlanzón realizó una «reproducción facsímil» de este escrito, para ser
repartido a todos los vecinos del pueblo, con el objetivo de que conociesen qué
ocurrió realmente. Sin embargo, muchos continúan creyendo la vieja historia que
se cuenta.
«En el pueblo había una parte de leyenda», recuerda Moreno,
«la gente no entraba en el Balneario porque les daba como miedo, pensaban que
podía haber un virus o una bacteria». De hecho, el autor asegura que cuando se
dio a conocer esta investigación, el programa de televisión 'Cuarto Milenio' se
desplazó hasta la localidad burgalesa para realizar un reportaje sobre el tema,
y «solo uno del pueblo quiso hablar, no encontraron a nadie que quisiese», un
dato que califica de «curioso» y que achaca a las «leyendas que quedan en la
memoria popular», que afirma que es «muy traicionera».
Asimismo, señaló que también intentaron ponerse en contacto
con las monjas de esta congregación francesa, pero sin embargo «no quisieron
saber nada», al igual que la gente del pueblo de Voiron.
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