jueves, 28 de enero de 2016

Océanos de la Tierra



¿De dónde viene el agua de los océanos de la Tierra?
Averiguar cómo obtuvo la Tierra el agua de su superficie se ha convertido en un reto para entender la vida en el universo. ¿Sabemos cómo fue este proceso de hidratación?

El agua líquida en la Tierra es lo que hace que este planeta sea tan especial: es el precursor de la vida tal y como la conocemos y por ello los científicos tratan de encontrar agua en otros planetas, tanto dentro del Sistema Solar como fuera de él. Como todo, el agua en la Tierra también tuvo un inicio, si bien la respuesta al enigma de su origen no está exenta de controversia.

Desde hace tiempo, la teoría más aceptada para explicar la procedencia del agua de nuestros océanos era la que involucraba a los cometas: inmensas bolas de hielo y polvo que orbitan más allá de Neptuno y que en ocasiones visitan las zonas internas del Sistema Solar. Esta teoría expone que, cuando se formó la Tierra, hace aproximadamente unos 4.600 millones de años, esta era demasiado caliente como para albergar agua líquida en su superficie. Debemos pensar que en su inicio, el Sistema Solar era un lugar caótico y violento, donde miles de objetos chocaban unos con otros. Fue en esa época cuando se formaron los planetas. Probablemente, en aquella primera etapa, aunque no había agua líquida en la superficie, el manto, región que está entre el núcleo y la superficie de nuestro planeta, sería húmedo. Pero esa humedad desapareció hace unos 4.400 millones de años cuando la Tierra y Tea, un proto-planeta del tamaño de Marte, colisionaron, lo que provocó la formación de la Luna y secó drásticamente nuestro planeta.

Con el tiempo, la Tierra se fue recuperando de semejante catástrofe, el Sistema Solar se calmó y los impactos se volvieron menos frecuentes. En esa etapa se inició la tectónica de placas y el vulcanismo generó gases que favorecieron, junto con algunos impactos de cometas poco importantes, pequeños mares en la superficie. Pero fue hace unos 3.900 millones de años cuando un cambio en las órbitas de Urano y Neptuno produjo una fase conocida como "bombardeo tardío", una etapa de gran inestabilidad gravitatoria que afectó radicalmente a los cometas y asteroides y provocó su redistribución por todo el Sistema Solar. Millones de estos cuerpos chocaron con los planetas interiores, produciendo en la Tierra los océanos que hoy vemos.


1 comentario:

ALMA dijo...

Toma ya de lo que se entera uno,moooooola.

Me gusta aprender cosas nuevas jijiji.

ALMA