lunes, 26 de enero de 2015

Pineda de la Sierra, el Baqueira burgalés

Diez años después de que la estación de esquí Valle del Sol cerrara sus puertas, Pineda sigue sacando partido a la nieve al convertirse en invierno en el mejor sostén económico del pueblo.

 
Pineda de la Sierra lleva décadas unida a un fenómeno meteorológico, el de la nieve. Desde que en los años 70 abriera sus puertas la estación de esquí Valle del Sol, vecinos del pueblo y la comarca han acomodado sus vidas y sus negocios a una forma de vida estacional que ha reportado a la comarca mucha riqueza. Hace una década la estación de esquí cerró sus puertas lastrando los sueños de algunos vecinos y moldeando nuevos negocios relacionados con la temporada invernal, porque en Pineda la nieve aún cae del cielo y tirón no le falta.

Pese a que los telesillas ya no tienen uso alguno y las pistas no están controladas por nadie, cientos de personas aprovechan el temporal para pasar un día de nieve gratis. La mayor parte son vecinos de la capital burgalesa que no dudan en recorrer los 50 kilómetros que separan la urbe de esta población de apenas 95 habitantes. «Los fines de semana de estos meses del año la población se triplica por la nieve», destaca en declaraciones a Ical el alcalde, Santiago Rojo, quien valora una presencia de turistas que recuerda a los tiempos en los que la estación de esquí aún estaba en activo.

«Cuando estaba la estación el pueblo estaba muy bien, eran más de dieciséis personas las que trabajaban en la estación y cientos y cientos los que venían hasta el pueblo. No había nada más que ver cómo estaba la cosa de coches», recuerda el primer edil con un cierto aire de nostalgia.
La falta de nieve y el deseo de los amantes de esquí de buscar otros horizontes más lejanos en los que practicar este deporte de invierno fueron, en parte, los causantes de la decadencia de una pequeña estación que abría sus puertas tres meses al año y era muy querida entre los burgaleses. «Todos los que aprendieron a esquiar hace unos años lo hicieron en Pineda», resalta Rojo.

Lejos de perder la oportunidad tras el cierre de la estación, los vecinos de Pineda de la Sierra han podido mantener sus negocios gracias a que la nieve aún es el principal activo económico del pueblo. Prueba de ello es que en los últimos años se han creado varios alojamientos rurales y se han mantenido los dos restaurantes, lo que contribuye a sostener nuevos empleos. Asimismo, el albergue creado a pie de pista de la vieja estación «se llena» todos los inviernos recibiendo a turistas de distintos puntos del mapa que disfrutan de una estancia en una típica construcción serrana y practicar escalada en un rocódromo anexo al albergue Valle del Sol.

Una larga cola de vehículos al lado de la carretera que conduce desde Pineda de la Sierra hasta la estación de esquí da cuenta del volumen de visitantes que acuden cada fin de semana para disfrutar de una jornada de nieve ‘low cost’. «Venimos aquí porque a los niños les encanta y no hay que pagar. Cogen un trineo y pueden pasarse horas y horas tirándose por la pendiente», declara Teo, vecino de una localidad cercana que ha decidido pasar el día con su familia aquí.

Como Teo son muchos los que conducen hasta la estación arriesgándose a no poder aparcar. «Hemos tenido que venir andando en cuesta durante un kilómetro con los niños porque hay tantas personas que no caben más coches en el parking», precisó una vecina de la capital, que teme que el comedor del restaurante «esté tan lleno» que tengan que volverse al pueblo par comer algo. «No me esperaba tanta gente», añadió.

El albergue Valle del Sol llena sus instalaciones todos los fines de semana de enero y febrero. Los 30 o 40 centímetros de nieve que hay en las pistas de esquí son en parte responsables de la buena marcha del establecimiento hostelero que da trabajo a una decena de personas y permite que los visitantes puedan hacer una parada para almorzar un buen pincho de morcilla o tomarse un café calentito. Toda una ayuda cuando de calentar el cuerpo se trata. Asimismo, el pueblo dispone de dos restaurantes que notan el «lleno» del albergue y hacen caja durante los meses más fríos del año.

Valle del Sol. La estación de esquí Valle del Sol abrió sus puertas en 1975. Tras años de espera, las autoridades inauguraron una pista que se definía en la prensa local como un espacio ‘moderno’ y con el máximo confort ubicada en la Sierra Mencilla, a tres kilómetros del pueblo.

Pequeña pero coqueta, la estación contaba con tres remontes y un albergue de montaña con cafetería, restaurante y una zona de alquiler de esquís y botas, que ahora ha quedado relegada a un trastero con utensilios pasados de moda. Con más de tres décadas, el albergue se mantiene activo con 86 plazas. «Venimos todos los años con los niños y nos quedamos el fin de semana. Primero porque la zona es magnífica para ellos y segundo porque los precios están muy bien», confesó en declaraciones a Ical una de las usuarias del albergue. «Ya no es lo que era, pero nos sigue gustando. Hace años esta zona estaba llena de esquís y los telesillas funcionaban», declaró nostálgica.

Con una cota mínima de 1.500 metros y una máxima de 1.820, la estación burgalesa contaba con 15 kilómetros de superficie esquiable, dos arrastres y un telecuerda. Sus humildes características no fueron impedimento para que centenares de personas pasaran durante los meses de invierno por la conocida como ‘la estación de Pineda’. Un espacio que cerró sus puertas en el año 2002 de forma temporal y definitivamente en el año 2005.

Reabrir la estación. El alcalde de Pineda de la Sierra pretende desde hace años dar forma a un proyecto de reapertura de la estación, otrora en funcionamiento y ahora abandonada. El primer intento lo presentó pocos meses después de que Valle del Sol dejase de funcionar. Fue en 2005 cuando Rojo confirmó ante los medios que el Ayuntamiento trabajaba en un proyecto para revitalizar la estación de esquí. El objetivo en aquel momento era poner en marcha “un parque de nieve” que dinamizara a toda la comarca. Nada se supo de aquello.

«Hemos intentando en dos ocasiones poner la estación en marcha y no ha sido posible. Ahora estamos trabajando en un proyecto definitivo para reabrir la estación y creemos que a la tercera irá la vencida», avanzó Rojo.

Con este objetivo, el Ayuntamiento de Pineda de la Sierra diseña desde hace meses un proyecto que «pronto se presentará a los medios» y que «demandará ayuda de las instituciones públicas», apunta el alcalde. «El parque se cerró porque la empresa vio que no era rentable, pero si queremos mantenerlo o reabrirlo en este caso necesitaremos apoyo por parte de la Diputación y de la Junta», añade Rojo. Por el momento, y hasta que la estación recobre su uso, cientos de personas disfrutan de la nieve como si de un parque de atracciones se tratara. Niños y no tan niños hacen uso de un recurso natural que lleva años ayudando a pequeñas localidades del norte de España. En este caso, los turistas están encantados de que Pineda de la Sierra la nieve no tenga IVA.
Fuente: Diario de Burgos.

1 comentario:

Alma dijo...

Impresionante entrada, la verdad que el valle del sol es un paraíso...que envidia los que están cerca y lo pueden disfrutar...

Gracias papi por la entrada tan bella , que me hace recordar muchas vivencias...

Besos Alma