lunes, 11 de abril de 2011

Románico en Pineda de la Sierra

 

La riqueza de sus recursos naturales hizo que la villa prosperase, los señores y burgueses adinerados llenaron el lugar de casonas señoriales, de las que alguna subsiste. Y levantaron el magnífico templo, que todavía nos asombra, con su preciosa galería porticada y las escultura simbólicas de su portada sur.
Aunque lo que más nos impresiona, son esos sillares de arenisca rojiza, tan originales, por su conformación en capas estratificadas.
 El templo en cuestión es el de San Esteban, en el pueblo de Pineda de la Sierra (Burgos), obra románica del s.XII –al que se añadieron bóvedas góticas en el XVI-. Sito en las alturas orientales de la Sierra de la Demanda, debió repoblarse hacia el s.IX, pasando a pertenecer al Alfoz de Oca y luego a la Merindad de Montes de Oca, cuya cabeza era Villafranca.

Durante el medievo, entre sus bosques de acebos, hayas, abedules y robles vivió una notable población de osos, jabalíes, corzos y lobos, que aprovecharon nobles y monarcas para sus monterías. Pero el poder económico del lugar era la ganadería, junto al aprovechamiento forestal, y las famosas ferrerías donde se forjaron algunas de las espadas de los míticos héroes castellanos.

Todos hemos quedado, alguna vez, fascinados por esas formas concéntricas que nos muestran los troncos de árbol recién cortados. Son los anillos de crecimiento, cada uno de los cuales indica un año en la vida del ejemplar talado.
No obstante, nada de eso podremos comprobar aquí, porque estas fotos no corresponden a troncos de árboles, sino a los sillares de arenisca rojiza que forman los muros de un templo románico la iglesia de Pineda. Una arenisca, cuyos sedimentos han adoptado estas caprichosas y engañosas formas vegetales.
En estas sierras se han hallado restos fósiles de varios árboles, del grupo de las angiospermas, quercus y palmoxylon, con más de ciento treinta millones de años. Por eso, no nos cuesta soñar que estas imágenes, de piedra, hayan sido talladas en dichos troncos fósiles. Al menos, el resultado aparente es el de la madera, si no mirad bien esos canes del alero.

2 comentarios:

ALMA dijo...

L a verdad que la iglesia es magestuosa, las personas que la ven por primera vez quedan maravilladas por sus arcos y demás detalles, anda que nome trae recuerdos de la infancia, los mejore ratos veraniegos sin duda han sido al rededor de esta bonita igesia romanica.
Papá que bonita y bucólica entrada, me ha encantado.

besos

ALMA

os quiero

Emilio Montero dijo...

una maravilla si señor, y lo que mas me gusta es que no es muy transitada por los turistas, una ventaja para que guarde su autenticidad.

Lo que no recuerdo es ver la cara que sale en el friso, me lo tendras que enseñar papa.

Emilio