domingo, 19 de abril de 2009

Veranos de la Villa


Al llegar el calor, allá por los meses de finales de Junio, Julio, Agosto y mediados de Septiembre, llegaban a Pineda los Americanos (familias que venían de la capital a pasar los veranos al pueblo) para los niños, el día de su llegada de dichas familias, era una fiesta (siempre llegaban por la tarde, sobre la 18 horas) nos poníamos en rigurosa fila india y nos repartían un puñadito de “caramelos” algo genial para nosotros que lo celebrábamos con gran algarada.

Desde ese momento empezaba el verano en Pineda. Llegaban las vacaciones en la “Escuela” y los niños teníamos todo el día para disfrutar las frías aguas de la sierra, y excursiones al monte y corretear por las calles.
Los baños eran largos (de horas) mañana y tarde, eran una delicia, aguas claras y cristalinas, pozos poco profundos actos para poder nadar y hacer una que otra aguadilla.
Las excursiones eran grandes caminatas a la montaña, recogíamos frutos silvestres: arándanos (anabias), fresas, frambuesas (moras finas), moras de zarza y al final del verano las endrinas y los hayucos (oves), frutos de las hayas.
Para los niños todo el verano era una continua fiesta (que recuerdos tan entrañables).

El ocho de Septiembre llegaba la gran fiesta del pueblo. Tres días de misas solemnes y procesiones en la cual se le bailaba a los acordes de la música a la Virgen de Onde-Villa (hoy me emociono al recordarlo que fantástico)
El pasacalle a las ocho de la mañana con dulzaina y tamboril. Después de misa los mayores acudían a tomar el vermú y al baile de mediodía.
Los niños al baile y al dulceiro que nos impresionaba con almendras-garrapiñadas, piruletas y cachabas de caramelo (garrotas) etc…
Llega el día de la Vera Cruz (14 de septiembre), día grande para todos los Pinedanos: Este día giraba alrededor de la religión, a las doce del mediodía gran procesión con la Santa Cruz y el Pendón; Salía de la Iglesia hasta la Ermita del Santo Cristo y allí se celebraba la santa misa con gran devoción, a la salida paseo por el pueblo y buena comida familiar, y al llegar la tarde, ya se respira el final del verano.
Los niños deben de cumplir con sus obligaciones de ir a la escuela.

6 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

Qué bonito. Me ha gustado mucho. Ahora el americano eres tú. ;)
Besitos

Anónimo dijo...

ha todos nos hacia ilusion.que pena que esos tiempos ya no los podamos vivir de nuevo

Emilio Montero dijo...

Sabes que solo hemos estado dos veces en las fiestas del pueblo?

Bea te acuerdas de esas experiencias? que años tan chulos cuando teniamos todo el tiempo para nosotros...

dios como lo añoro.

Inma dijo...

Jose, te acuerdas de las colas que hacíamos para que nos dieran caramelos los americanos?????????

ALMA dijo...

A MI ME ENCANTABA ESTAR EN EL PUEBLO IBA A LA MAS PEQUEÑA POSIBILIDAD Q M DABAN JIJ SOBRE TODO MIS TIOS PACO Y DOMINGO Q M LLEVABAN DESDE MADRID Y PASABAMOS UNOS DIAS GENIALES NUNCA S M OLVIDARA LOS BAÑOS EN EL PANTANO, LA PRESA Y EL KM 3 ESTAR EN LA CASONA HORAS Y HORAS ....FUERON UNOS DE MIS MEJORES VERANOS Q ÑORANZA Y PENA M DA ...Q NO S PUEDAN VOLVER AREPETIR LO Q DARIA POR ELLO

ALMA
PD INMA NO SABIA ESO D LOS CARAMELOS Y MAMA TB IBA?

Inma dijo...

Alma, íbamos todos los niños. En aquellos tiempos un caramelo era mucho, pues no teníamos nada. No gastábamos por dos razones principales:
1ª.- No había dinero.
2º.- Si hubiese, que no era el caso, no había dónde gastarlo.

Ni os imaginais aquellos tiempos...

Besossssss