Esta villa de apenas 45 habitantes parece sacada de un
cuento medieval, con paisajes de ensueño y un entorno mágico
En el corazón de la provincia de Soria, en la comarca de
Tierras del Burgo, encontramos Calatañazor, un pueblo donde el tiempo parece
haberse detenido. Este pequeño enclave medieval, que es considerado como uno de
los pueblos más bonitos de España, está rodeado de un entorno natural
privilegiado y guarda entre sus calles empedradas el eco de leyendas históricas
que lo convierten en un destino único para los amantes del turismo rural, la
historia y la naturaleza. Una de las más famosas, es que en este bella localidad,
en el año 1002, Almanzor, el caudillo del Califato de Córdoba y azote de los
cristianos, sufrió una severa derrota de la que jamás levantó cabeza. La
tradición sostiene que "en Calatañazor Almanzor perdió el tambor",
expresión que se refiere a que perdió su alegría tras haber sido vencido.
Un viaje a la Edad Media: el encanto de su casco histórico
Esta legendaria villa, que apenas cuenta con medio centenar
de habitantes (45), parece anclada en el medievo. Se alza en la cima de una
roca que domina la vega del río Milanos, en un entorno privilegiado donde
encontramos uno de los bosques de sabinas mejor conservados del planeta, el
sabinar.
Caminar por las calles de Calatañazor es como retroceder
varios siglos en el tiempo. El casco histórico, con sus casas de piedra y
madera y tejados de teja árabe, conserva intacta la esencia de la Edad Media.
Uno de los elementos más destacados del casco urbano es su
muralla medieval, también del siglo XII para proteger la villa de posibles
invasores. Aunque el tiempo ha dejado su huella, aún se pueden recorrer algunos
tramos y atravesar sus puertas
originales, como la Puerta de la Villa.
A pocos kilómetros del pueblo se encuentra el Sabinar de
Calatañazor, una de las joyas naturales más impresionantes de la provincia de
Soria. Este bosque, declarado reserva natural, alberga una de las mayores
concentraciones de sabinas albares del mundo, con ejemplares que alcanzan hasta
20 metros de altura y cientos de años de antigüedad.
Tradición y gastronomía: los sabores de Calatañazor
La gastronomía de Calatañazor es otro de los motivos para
visitar este pueblo soriano. Entre las especialidades locales destacan las
migas pastoriles, elaboradas con pan, ajo, chorizo y torreznos, y la sopa
castellana, una reconfortante sopa de ajo. Los asados castellanos,
especialmente de cordero y cochinillo, son protagonistas en las mesas de la
villa. Además, los platos de caza, como la caldereta, y los productos derivados
del cerdo, como la morcilla dulce de Soria, son comunes en la oferta gastronómica
local.
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