jueves, 26 de septiembre de 2024

Los hombres que miraban fijamente el Valle del Jerte



Son tres hombres y una mujer. Buscan su camino de regreso a casa: desaparecieron durante la G. Civil y aparecieron convertidos en piedra en 2009. Desde entonces miran fijamente el Valle del Jerte.

 Lo miran desde El Torno, el mirador por excelencia del Valle, en Cáceres. Unas horas después de tomar corporeidad nuevamente, tras su inauguración, les volvieron a fusilar, por lo que muestran inquebrantables las mellas de los tiros. Once años después de su inauguración se les trató de calcinar.

Estos dos hombres, esta mujer y este anciano son obra de Francisco Cedenilla Carrasco, el artista que los talló. El abuelo de Cedenilla fue fusilado durante la Guerra Civil en Toledo. El autor, tras conocerse la noticia de los disparos a su obra recién inaugurada, declaró a Efe que era «impactante que alguien haya querido volver a fusilarlos».

 El artista dio la orden de que no se reparara porque le daba mayor sentido a la obra.

Los hombres que miran fijamente el Jerte tienen una postura meditativa, algo melancólica, como quien mira las obras de la plaza a sabiendas de que no las verá terminadas. Posan unos hombres con las manos recogidas detrás de la espalda, con la mirada épica del líder que avista una salida o un ser querido o la mujer con el desconcierto en su cabeza.

 Podrían mirar los pueblos de Valdastillas o el de Casas del Castañar, pero imagino que están mirando más allá, quizás preguntándose por la molestia de no haber sido reparadas ni su memoria ni su cuerpo de piedra.

 En este paisaje hermoso se ve la historia y la naturaleza de un modo intenso. Es un rincón desconocido para la mayoría. Al verlo, me acordé de un poema de León Felipe interpretado por Héctor Alterio:

 

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