Si descartas la parte central, solo te aprovecharás de un
10% de ellas.
Dice un dicho inglés que una manzana al día, hace que el
médico esté más lejos de ti, vamos, que es un fruto que puede ayudarte a tener
una salud de hierro. Eso sí, debes comerte la manzana entera, con pepitas y
todo, para lograr el máximo efecto posible, porque es en su interior donde se
concentra el mayor número de bacterias... ¡hasta 100 millones de ellas!
Según un trabajo publicado en la revista Frontiers in
Microbiology, liderado por la profesora de la Universidad Tecnológica austriaca
de Graz, Gabriele Berg, una manzana de unos 240 gramos (ya sea orgánica o de
las que encontramos en un supermercado), contienen este mismo número de
bacterias, pero la sorpresa vino al saber que prácticamente el 90% de ellas se
encuentra en su corazón. Así que seguro que muchos van a tener que cambiar la
manera de afrontar este fruto, en caso de que formen parte de esa mayoría de
personas que descartaba la zona interior. ¡Nunca más!
Pero, ¿son bacterias necesarias para nuestro cuerpo? Según
Berg,"las bacterias, hongos y virus en nuestros alimentos colonizan
transitoriamente nuestro intestino. Cocinar mata la mayoría de estos, por lo
que la fruta cruda y la verdura son fuentes particularmente importantes de
microbios intestinales". Y siendo la manzana uno de los frutos más
habituales en nuestra dieta, es bueno saber que le estamos aportando tanto con
tan solo cambiar la manera en la que la comemos.
Y además, sin son recién cosechadas, mejor todavía:
"Este tipo de manzanas y las gestionadas orgánicamente albergan una
comunidad bacteriana significativamente más diversa, más uniforme y distinta,
en comparación con las convencionales", explica Berg.
Y tú, ¿cómo te comes las manzanas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario