Una erupción volcánica lo sepulto bajo la lava, pero el ímpetu de sus habitantes le hizo renacer de sus cenizas. La lava creo unas piscinas naturales de forma caprichosa, que te invitan al baño (es maravilloso).
Justo enfrente, no muy lejos de la costa, se alza el símbolo de este pueblo, el conocido Roque de Garachico, también tiene unos espectaculares acantilados y miradores como el Lomo Molino.
Cuando llegamos al pueblo coincidió que eran las fiestas, nos quedamos disfrutando de ellas y de una cabalgata de carrozas que había en ese momento. Y como no, aprovechamos para comer y comimos la típica comida canaria y nos tomamos el famoso café barraquito.
Pasamos un día muy agradable.
3 comentarios:
Vaya, qué chulas las fotos. Que mal vivimos ehhhh?
Un barraquitoooooooooooooooooo, cuanto tiempo sin tomarlo.
Alli estan siempre de fiestas? Pero bueno. Jose que envidia me dais, tengo unas ganas de irme de vacaciones para descansar…
Jooo que envidia para los que tienen todo el año para disfrutar de las islas afortunadas, la verdad me encantan cada vez más, ¿quién dijo que son agobiantes?, lo pasé genial estas vacaciones, que las disfrutamos juntos...me encanta garachico, es un lugar para recrearte y visita obligada.
besos
ALMA
pd. tinerfeños me voy pero prometo que volveré jijij...uy eso ya lo dijo alguién ¿no? jijij
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