La idea de que los cangrejos y langostas no sienten dolor al hervirlos vivos porque carecen de las regiones cerebrales específicas está siendo discutida
Los nociceptores son receptores nerviosos que detectan daños
en el cuerpo y envían señales al cerebro, generando la sensación de dolor. En
humanos, estas señales nos alertan de posibles amenazas. Sin embargo, en
animales como los cangrejos, aún se debate si estas señales equivalen a sentir
dolor consciente o son meros reflejos automáticos.
Un estudio publicado en octubre en la revista Biology ha
encontrado evidencia de que los cangrejos de orilla (Carcinus maenas) poseen
nociceptores, estructuras nerviosas capaces de detectar daño corporal. Los
investigadores probaron las respuestas de 20 cangrejos a estímulos dolorosos,
como toques con instrumentos plásticos o pequeñas cantidades de vinagre
aplicadas en sus ojos, antenas y tejidos blandos. Con la ayuda de electrodos,
midieron las respuestas del sistema nervioso central de los cangrejos, observando
reacciones consistentes con estímulos nociceptivos. Estas reacciones no se
presentaron cuando se usaron sustancias no dañinas, como agua salada.
Los nociceptores también están presentes en los humanos y
muchos mamíferos, donde son responsables de generar la sensación de dolor para
alertar al organismo de posibles daños. Sin embargo, como explicó Eleftherios
Kasiouras, biólogo de la Universidad de Gotemburgo y coautor del estudio, la
existencia de nociceptores no necesariamente prueba que los cangrejos sientan
dolor. En los humanos, la sensación de dolor se procesa en el cerebro, mientras
que en los cangrejos podría ser solo una reacción refleja.
A pesar de estas limitaciones, la combinación de respuestas
conductuales y nerviosas en los cangrejos refuerza la posibilidad de que puedan
sentir dolor. Investigaciones anteriores han demostrado que los cangrejos y las
langostas exhiben comportamientos relacionados con el dolor, como evitar
estímulos dañinos. Por ejemplo, un estudio de 2016 publicado en Behavioural
Processes mostró que los cangrejos ermitaños abandonan sus conchas para evitar
descargas eléctricas, a menos que detecten la presencia de un depredador. Este
comportamiento sugiere un proceso consciente de toma de decisiones entre evitar
el dolor y protegerse de un depredador.
¿Sienten dolor los cangrejos, centollos, bogavantes y
langostas? El nuevo estudio de cangrejos de orilla cumple otro de los criterios
establecidos para determinar si un animal siente dolor, añadiendo peso a la
evidencia existente. Estos criterios incluyen la presencia de nociceptores,
regiones cerebrales relacionadas con el dolor, conexiones entre estas
estructuras y comportamientos de autodefensa ante lesiones o amenazas.
Las implicaciones de estos hallazgos son significativas. En
países como Suiza, Noruega y Nueva Zelanda, ya existen leyes que prohíben
hervir cangrejos y langostas vivos, una práctica considerada inhumana. En el
Reino Unido, esta prohibición ha sido debatida, aunque aún no se implementa.
Los investigadores también están estudiando si otros animales marinos, como
calamares, almejas y mejillones, cumplen con los criterios de percepción del
dolor. Aunque poseen nociceptores y algunos muestran comportamientos de
evitación del dolor, la comprensión de sus cerebros es aún limitada en
comparación con la de los mamíferos.